𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐬..

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Me paralice antes de sentir el fuerte golpe en mi cabeza. El gato quedó completamente quieto frente nosotros, encogido sobre sí mismo, erizado y aterrado por casi ser destripado, y antes de poder reaccionar corrió hasta perderse en las sombras de aquel bosque. Sentí un fuerte mareo, mi vista se volvió oscura, nebulosa e intensa. Me dormí escuchando los gritos de Lilith quien desesperadamente buscaba una reacción de mi parte.

Abrí los ojos poco a poco, desconcertado de la realidad, mi cuerpo tiraba fuertes espasmos a causa del frío. La claridad había desaparecido, el cielo oscuro se daba a notar y mis párpados pesaban cómo si en vez de pestañas tuviera pequeñas piedras incrustadas en él. Intenté reconocer el lugar, no veía nada más qué oscuridad. Escuchaba a alguien llorar desde lo más profundo de su ser, oía perfectamente su voz, aunque esta sonara enredada. Con mucho esfuerzo me intenté mover de mi sitio reconociendo el lugar, era mi auto, estaba recostado en la parte trasera y los sollozos provenían de fuera. Con todo dando vueltas, mareado y sudado, bajé del auto para averiguar quién lloraba de esa forma y, también en busca de Lilith, ella no estaba conmigo. Antes de la desgracia, Lilith pegó un frenazo y mi cuerpo se abalanzó hacia la guantera, pegando fuertemente mi cabeza, cómo consecuencia, me desmayé y quedé inconsciente.

La voz permanecía fuera del coche, los gritos llenos de miedo me hacían tiritar. Sin embargo me di ánimos y valientemente caminé hasta la parte trasera. Vi una sombra que se movía de un lado a otro, con el teléfono pegado en la oreja, contándole a alguien lo asustada qué estaba por lo sucedido.

— ¡No sé qué hacer, él no despierta! – chilló. Percibí la voz al otro lado de la línea, aunque, sólo un enredijo logré entender. — ¡Él dijo qué no quería qué fuera a esa velocidad, no hice caso y ahora está en coma! ¡Es mi culpa, Gustav, mi culpa! – lloraba con descontrol.

— ¿L‐Lilith..? – con los ojos rojos y llenos de lágrimas se volteó.

— ¡Dios mío, Bill! – corrió a lanzarse a mis brazos toscamente, ganando que por tal brusquedad mi cuerpo cayera de culo contra el asfalto.  —, ¡Bill ha despertado! – gritó hacia el aparato que yacía en su mano, sin importarle que ahora estábamos tirados en el suelo. Gustav siguió hablando pero ella lo ignoró, cortó la llamada casi al instante, estaba tan aferrada a mi cintura que sentía cómo se me iba el poco oxígeno que a duras penas logré acumular en mis pulmones. — ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres qué nos vaya‐

— Estoy bien.. – interrumpí. Tanta pregunta me ponía ansioso.

— Me haz pegado el susto de mi vida, joder. – volvió a acurrucarse en mis brazos, esta vez con más delicadeza.

— ¿Cómo estás tú? – levantó su mirada, con su nariz enrojecida y ojos acuosos, respondió.

— Bien... yo estoy bien – sonrió. —, quedaste en coma por tres horas... ¡casi me hago en los pantalones al ver que no despertabas, idiota!

— ¿Tres horas?.. – me era surrealista el estar desmayado por tanto tiempo, fue un simple golpe. ¡No me partí la cabeza cómo para estar tanto tiempo inconsciente!

— Sí, ¿no ves qué ya es de noche? El bosque se ve aún más aterrador así. – visualicé mi alrededor y realmente era espeluznante. No había más qué oscuridad, la luz de la luna llena que resaltaba en la calle y el cantar de los búhos. Lilith se levantó del suelo, estirando su mano como ayuda para sujetarme y levantarme junto a ella, al estar ya de pie la vi fijamente y noté cómo palidecía poco a poco. — B-Bill.. – tartamudeo.

— ¿Qué? – respondí sin importancia, limpiando la parte trasera de mi pantalón, removiendo todo rastro de polvo que tuviera en él.

— Tienes sangre.. en la cabeza... – guíe mi mano  sintiendo el líquido transcurrir por mis dedos, también me partí la puta cabeza ¡Genial!

𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora