Capítulo 3

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—¡Bienvenido a casa, Volkov! —dijo Horacio mientras yo bajaba del coche deportivo amarillo con una bolsa con mis pocas pertenencias.

Una impresionante mansión me dio la bienvenida, era enorme, podía ver a la derecha que incluso tenía un patio exterior en el que seguramente hubiera una piscina, sin duda mucho más ostentosa e impresionante que mi departamento en mitad de la ciudad, era lujoso pero no podía compararse.

—¿Vivo aquí? —pregunté mirándolo aun asombrado.

—Vivimos —corrigió y sin más entró, yo me quedé ahí fuera con la boca abierta, si ya la casa en si me sorprendía saber que vivíamos los dos allí me sorprendía más.

—No puede ser —susurré y lo seguí, entrando al interior.

La casa no tenía demasiados muebles, tenía lo justo e indispensable lo cual contrastaba bastante con el tamaño que tenía, lo seguí por unas escaleras y paró frente a una puerta abierta.

—Esta es tu habitación y esta es la mía —dijo señalando una habitación justo al lado de la mía con la puerta cerrada.

Entré en mi supuesta habitación algo receloso, era bastante neutra y no había nada que pudiera decir que era mi habitación realmente, una cama, un armario y un escritorio, sobre el escritorio había varios papeles y libretas.

Me acerqué y agarré una de las libretas, identifiqué al instante mi letra, miré hacía la puerta y Horacio se había ido así que me senté en la cama con la libreta en la mano, en la mesita de noche había una figura como de una especie de superhéroe que llamó mi atención por unos segundos pero rápidamente volví a centrarme en la libreta.

Estaba llena de palabras, había algunas páginas en inglés y otras en ruso, la mayoría eran anotaciones para el papeleo y cosas del FBI, en general parecía ser una libreta de trabajo, acostumbraba a llevar una encima para tomar notas de las cosas importantes o aspectos a tener en cuenta a la hora de hacer futuro papeleo, siempre me eran muy convenientes, además cuando me agobiaba hacía garabatos o escribía palabras para relajarme. Normalmente solía hacerlo mucho, en cambio esta libreta apenas tenía nada de eso, parecía que mi yo de ahora era más tranquilo o por lo menos su vida era más tranquila lo cual me resultaba curioso, a fin de cuentas ahora tenía un puesto más estresante, ¿qué había cambiado?

Dejé la libreta sobre el colchón y me levanté, necesitaba comprobar que esa realmente era mi habitación, abrí los cajones de la mesita de noche, calcetines y calzoncillos estaban organizados como siempre solía hacerlo, fui al armario y lo abrí, sorprendiéndome.

Estaba organizado exactamente de la misma forma que siempre con varias diferencias como ropa de tonos más claros como el rosa, agarré la camisa y la miré con el ceño fruncido, era imposible que yo tuviera una camisa rosa. Seguí mirando, habían jerseys de diferentes colores e incluso podía ver uno navideño que saqué tocándolo con dos dedos, yo jamás llevaría algo así.

—¡Volkov, voy a pedir la cena! ¿Quieres sushi? —gritó Horacio en la planta baja haciendo que me sobresaltara.

—Sí —respondí, sorprendido de que hubiera elegido una de mis comidas favoritas, no me parecía una coincidencia para nada.

Dejé caer el jersey navideño y me volví a sentar en la cama mirando a mi alrededor, todo era como yo solía tener mis pertenencias pero a la vez parecían ser de otra persona, era como ver algo mío, pero que no era del todo mío, el Volkov que había olvidado según los médicos debía ser una persona muy diferente a mí y eso de alguna forma no me gustaba.

Agarré la libreta y e hice una línea dividiendo la hoja en dos por la mitad, arriba escribí dos palabras: igual/diferente

Igual:  

— La forma de ordenar la ropa 

— Trabajo (similar) 

— Uso de libretas 

Diferente:

— Vivir con Horacio

— Decoración en habitación

— Uso de ropa de colores pasteles o llamativos

— Jersey navideño que puede significar que me gusta la navidad

Me quedé mirando unos segundos la lista que había hecho y luego simplemente suspiré, preguntándome cuántas cosas podrían ser diferentes ahora, según me dijo el doctor podía ir recuperando la memoria poco a poco o tal vez no hacerlo, todo era cuestión de tiempo ya que era algo que los exámenes médicos no podían determinar.

Miré hacía la puerta, Horacio vivía conmigo o bueno, mejor dicho, yo vivía con Horacio, ¿eso significaba que nuestra relación era diferente? Él estuvo todo el tiempo conmigo en el hospital, era imposible que nuestra relación siguiera siendo tan ambigua.

De repente algo surgió en mi mente, para mí hacía solo unos días Horacio se me había confesado en mitad de la comisaría, diciendo que le gustaba de una forma demasiado directa, como era él, eso me hacía preguntarme si ahora, diez años después aproximadamente, seguía teniendo sentimientos por mí.

Suspiré pasé la página, decidiendo anotar algunas preguntas en ruso que debía hacerle a Horacio para no olvidarlas:

1. ¿Qué relación tenemos actualmente?

2. ¿Sigues teniendo sentimientos por mí?

3. ¿Qué ha pasado con Gustabo?

4. ¿Sabes algo de Conway?

5. ¿Cómo llegó el FBI a la isla y yo terminé trabajando para ti?

Miré la lista pensando en si faltaba algo más y luego asentí, parecía estar todo lo que quería saber en ese momento, me sentía como si fuera a hacerle un interrogatorio pero era necesario, necesitaba saber que era lo que había pasado y porque mi vida había cambiado tanto.


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Como prometí aquí esta el capítulo nuevo! 

Qué tal vuestro finde? Yo he estado jugando con unos amigos todo el finde así que ha sido bastante tranquilo... el miércoles subo el capítulo 4 :3

En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Back to wait... you? ~Volkacio~Kde žijí příběhy. Začni objevovat