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🔞Advertencia: Incesto. Ligero smut🔞 Tal vez haga una segunda parte con ChanIl.
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Nombre: Baek Dae. Edad: 17 años.
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Se encontraba observando a Cirrus junto a aquel chico llamado Skylar, le molestaba no porque estuviera con él sino porque Cirrus solía molestarse cuando ChanIl se acercaba a él.
La situación no cambia mucho ChanIl siempre fue cariñoso con el menor de los Baek.— Mírame a mi, Dae.— Seong lo tomo del rostro.— Si haces eso pensare que quieres besarme ChanIl.— Sonrió ligeramente al notar el sonrojo del mayor. Sintió una presencia detrás de él, era Cirrus y no se miraba para nada contento.
— Ya debemos irnos.— Cirrus quito la mano de ChanIl del rostro de Dae.— Nos vemos mañana.— Se acercó a ChanIl.— Tal vez puedas besarme después.— Susurró en su oído para sonreirle.
El mayor de los Baek le sostuvo su mano, su agarre era fuerte y comenzaba a dolerle pero a Dae no le molestaba para nada, le encantaba tener la atención de Cirrus, fue lo mismo cuando eran niños porque solo se tenían ellos dos.
Cirrus ni siquiera le dirigió la palabra en todo el camino de regreso a su casa, había soltado su mano para quitarse los zapatos pero Cirrus lo jalo de nuevo.— Cirrus me duele.— Al mayor no le importo y lo jaló hacía las escaleras.
Lo metió a su habitación.— ¿Quieres besar a ChanIl?.— Cirrus estaba tan cerca que sentía su respiración.— ¿Por que te molesta?, me pediste que lo quitara del camino y es lo que hago.— Se encogió de hombros restándole importancia, a Cirrus le molesto eso.
— ¿Quieres coger con él?, ¿crees que lo hará mejor que yo?.— Lo tomo del cuello aparentándolo un poco, Dae soltó un gemido de dolor.— Cirrus sabes que en mi vida no abra espacio para nadie más pero en cambio tú tienes a Skylar.— El mayor lo beso con algo de rudeza que hasta era difícil seguirle el paso.
Toda esa situación había empezado como un simple juego pero Cirrus empezó a pedir más de Dae.
— Vamos Dae, no me digas que te pone celoso y por eso tratas de llevar a ChanIl a la cama, no seas cruel conmigo hermanito.— El menor lo separo, esa mirada lastimaba a Cirrus.— Pero a ti te gusta Skylar, ¿por que no puedo quedarme con ChanIl?, es lo único que te pido.
De cierta forma le molestaba la actitud que adoptó su pequeño hermano.— No, no puedes enamorarte de él.— Dae lo empujo y camino hacia la puerta.— Sabes Cirrus, no soy tú maldito juguete, así que dejemos ese estúpido juego, ¿crees que no supe que trajiste a Skylar a casa?, deja de ser un jodido sadico.— Escucho un portazo.
Esa obsesión por su pequeño hermano no era nada sana pero Dae le dio todo lo que nadie más pudo, un amor incondicional y la lealtad, sabía perfectamente que esa relación no podía ser pero él lo amaba de tal forma que mataría por él, era capaz de cualquier cosa con tal de ver feliz a Dae.
Pero jamás se lo decía, jamás le ha dicho que lo ama y tan solo sus acciones hacen que Dae se decepcione de él y eso le aterra, pero le aterra más perderlo si se llega a enamorar de ChanIl.
Camino hacia la habitación del menor y toco tres veces la puerta.— Por favor déjame entrar, Candy quiere verte.— Se abrió un poco la puerta dejando solo entrar a la samoyedo y se cerro con fuerza.— No quiero verte, Candy dormirá conmigo.— Se mordió el labio de la frustración, tenía que decírselo.— Hablemos, por favor Dae, necesito decirte algo.
La puerta se abrió dejándolo pasar.— ¿Que es lo que quieres decir?.— Dae se acostó en su cama, Cirrus se sentó en una esquina de la misma.— Lo siento no debi de hablarte así, también te lastime pero es porque tengo miedo de perderte si te vas con el idiota ese, sabes Dae nunca lo digo pero esta situación lo amerita, te amo Dae.— Hubo un silencio, hasta que Cirrus sintió que algo lo jalaba para que se acostara en la cama.
— Pensé que jamás lo dirías, también te amo Cirrus.— Estaban tan cerca que sus respiraciones chocaban, sus labios estaban a tan solo centímetros y Dae se rio de Cirrus.— ¿Por que te ríes?.— Dae puso su mano en el miembro de Cirrus.— Ni siquiera te he tocado y ya estás duro.
El mayor se sintió algo tímido pero de tan solo verlo y recordar todo lo que habían hecho antes lo ponía así.— Vamos haz lo mejor que sabes hacer.— Se estremeció ante la atenta mirada del menor quien jugaba con su miembro.— Hyung, sabes que me encanta oírte.— Era verdad, le encantaba gemir para Dae.
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