Capítulo 2: Soledad

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Presente.

Despierto agitada, con lágrimas recorriendo mis mejillas y tengo que salir afuera a vomitar. Me estremezco y mí cuerpo se sacude por los familiares espasmos que me atosigan cada vez que tengo aquella pesadilla. Me obligo a calmarme, me abrazo y me repito que solo fue un sueño, que él no murió en realidad, que en algún lugar allá afuera Calix estaba bien. Mi pequeña figura poco a poco deja de temblar con tanta violencia pero aún sigo llorando, porque no hay nadie quien me consuele, porque estoy sola, perdida y si quería que él siguiera con vida tendría que vivir con eso por el resto de la mía.

Crónicas de una ElementalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora