𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕 𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔༅🎀

𝑇𝑎𝑘𝑒𝑚𝑖𝑐ℎ𝑖 𝐻𝑎𝑛𝑎𝑔𝑎𝑘𝑖

Advertencias: NSFW, MDNI, sangre, obscenidad, sexo sin protección, sexo duro, nombres de mascotas, degradación, lenguaje duro, marcas, Takemichi posesivo.

Dejaste escapar un pequeño suspiro mientras te recostabas en el centro de tu cama, mirando al techo mientras te encontrabas sumida en tus pensamientos. '¿Qué tan enojado estará? ¿Debería intentar taparlo? No, él se dará cuenta. Sientes que tus cejas se fruncen mientras frunces el ceño, llevando una mano a tu cuello para deslizar con cuidado tus dedos sobre las dos marcas de mordeduras, la piel ligeramente roja e hinchada por haber sido perforada esa misma noche. "¿Qué pasa si simplemente me escapo hasta que se cure?" Sacudes la cabeza ante tus palabras mientras te sientas lentamente y caminas hacia tu baño. Una vez dentro, te miras al espejo, tus dedos acarician cuidadosamente la herida mientras dejas escapar un leve silbido por el dolor punzante. Te agarras al fregadero mientras bajas la cabeza en señal de derrota. "¡Takemichi no estará feliz cuando regrese!" Te quejaste, ya imaginando la reacción de tu novio.

Takemichi y tú se habían hecho muy cercanos, y eventualmente desarrollaron una relación cuando Takemichi declaró que a ningún otro hombre se le permitía beber tu sangre.

Tus oídos se animan cuando escuchas voces entrar a la casa, lo que te causa pánico mientras intentas rápidamente cerrar la puerta y esconderte debajo de las sábanas, rezando para que Takemichi esté demasiado cansado para visitarte. Una ilusión, ¿Verdad? Después de unos minutos de estar en casa, escuchaste un fuerte golpe en tu puerta, causando que una pequeña maldición saliera de tus labios mientras apretabas las sábanas, tus nudillos lentamente se volvían blancos mientras temías por tu vida. Después de algunos golpes más en la puerta, seguidos de silencio por tu parte, el pomo de la puerta comenzó a temblar, lo que indica que la persona del otro lado se estaba molestando. "¡Oi! ___, ¿por qué diablos está la puerta cerrada?" Escuchaste la voz de tu novio gritar, molesto desde el otro lado. Lentamente sacas la cabeza de las sábanas mientras le respondes temblorosamente al hombre, sabiendo que no sirve de nada fingir que no estás en casa.

"¡N-no me siento muy bien! ¡Así que no entres!" Llamaste, maldiciendo mentalmente el tartamudeo en tu voz por los nervios. El pomo de la puerta dejó de moverse mientras se tomaba un momento para procesar tus palabras. "¿Eh? Te veías bien antes cuando te vi." Murmuró con voz, sonando como si no estuviera creyéndose tu excusa. "B-bueno, ya no lo estoy, ¡así que vete!" Gritaste antes de esconderte bajo las mantas nuevamente, con los ojos cerrados y tus nervios volviéndose locos ante la posible ira del hombre del otro lado. Escuchas un pequeño gruñido seguido de silencio, lo que permite que tu cuerpo se relaje, tu agarre sobre las sábanas se afloja mientras permites que los latidos de tu corazón llenen tus oídos. Este momento no dura mucho cuando una mano viene y te arrebata las sábanas de tu endeble forma, lo que te hace soltar un grito de sorpresa y saltar rápidamente en la cama para mirar al culpable.