50-Alma, cuerpo y corazón

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AR: No se merecía esto... no se merece esto.

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Los minutos parecieron interminables y se convirtieron en horas, Ali Rahmet estaba sentado en la silla y mirando al suelo.
Çetin y Müjgan se quedaron con él todo este tiempo y no le habían dicho nada ni a Demir ni a Züleyha hasta ahora.
Ali Rahmet continuó rezando mientras sostenía con fuerza con la mano el talismán que Hünkar le había regalado recientemente.

C: Müjgan, ¿por qué crees que tarda tanto?

M: Quizás le estén haciendo el examen necesario en su corazón, -susurraron ambos-, esperando que todo estuviera bien.

En ese momento, Sabahattin sale con una enfermera y Ali Rahmet se acerca rápidamente a ellos.

AR: Sabahattin, ¿cómo estás, Hünkar? Por favor dime que no pasó nada malo...

S: Su estado ya es estable, su presión arterial está controlada, sería mejor que se quedara con una máscara de oxígeno porque inhala algo de humo, - leyó en uno de los exámenes - hemos hecho todo el trabajo necesario para ello... Puede provocar problemas en el corazón, arritmias e incluso situaciones estresantes.

AR: ¿Podría empeorar la situación?

M: Padrino, -le tomo las manos suavemente- Si la señora Hünkar se adapta a la medicación y vive una vida más tranquila, podrá vivir en paz con esta arritmia.

AR: ¿Puedo ir a verla, por favor? Necesito verla.

S: Cuando la enfermera termine de revisarla, podrás ir a estar con ella.

AR: Muchas gracias, Sabahattin.

S: Este es mi trabajo.

Ali Rahmet le pidió a Çetin que llevara a Müjgan a la mansión y mantuviera todo bajo vigilancia.
La enfermera se acercó a Ali Rahmet y le explico los últimos exámenes que se realizaron.

👩🏻: Le dejaremos la máscara de oxígeno puesta hasta que despierte, tiene vendas en los brazos porque tiene quemaduras pero son leves.

Ali Rahmet, entró en la habitación después de despedirse de la enfermera, volvió a ver a su esposa, la señora de Çukurova, tendida en la camilla con un suero y una máscara de oxígeno, lo que hizo que al pobre hombre le doliera el corazón.
El rostro de su esposa parecía bastante tranquilo...
Sus pestañas esponjosas y sus pequeñas pecas, que Ali Rahmet había descrito muchas veces en prisión, aún eran visibles, su belleza no fue estropeada por la máscara de oxígeno, el rostro de su esposa siempre permanecería hermoso frente a los ojos.
La mirará con admiración y amor.

AR: Aquí estamos de nuevo, mi amor, - se sentó a su lado y tomó su mano - mi querida esposa, mi corazón está sufriendo tanto... Me estoy quedando atrapado en la tormenta por volverte a ver en este cuarto frio.

Luego de que retiraran el suero, Ali Rahmet depositó un delicado beso en el lugar donde sabía que tendría un pequeño hematoma en su mano, y apoyó la cabeza en la camilla mientras pensaba en su amor.

AR: Escuchar tus gritos fue como un puñal en mi corazón, tenía tanto miedo, mi amor... Tenía tanto miedo de perderte...otra vez por mi culpa.

Hunkar escuchaba todo, cada palabra que decía su marido, las suaves caricias de su mano.
Quería despertar, abrazarlo y besarlo para calmar su corazón inquieto, pero el cansancio era mayor, intentó abrir los ojos, pero sus párpados parecían demasiado pesados, se entregó al sueño.
Ali Rahmet notó el vendaje en sus brazos y sus pequeñas quemaduras, le tomó la mano y vio los pequeños cortes en sus delicados dedos, y sus labios besaron uno a uno, como si fueran un ungüento curativo.
La noche cubrió todo el cielo y una calma sorprendente descendió en el hospital, especialmente en la habitación donde Ali Rahmet se quedó dormido viendo dormir a su amada esposa.

Superar el dolorWhere stories live. Discover now