Soy la princesa Victoria Evangeline de Francia, única hija del Rey Edmund y la Reina Elizabeth, sucesora al trono Francés, tengo una vida perfecta, cumplo con mis deberes, soy la princesa del pueblo amada por los franceses y adoración de mis padres...
Desperté temprano y me dirigí a los aposentos de la Hasseki, había mandado a Sumbul solicitando mi presencia con urgencia.
Victoria: Sultana -Dije haciendo una reverencia. -¿Ocurre algo?
Hurrem: Te tengo buenas noticias, pero antes quisiera disculparme por lo sucedido no debí dejar... -La interrumpí
Victoria: No quiero hablar del tema, no por ahora ya habrá tiempo de hacerlo.
Hurrem: Su majestad volverá hoy a la capital, también los príncipes, podrás hablar con el sultan y tomar una decisión, en cuanto suceda recuperarás tu vida.
Victoria : Es una maravillosa noticia, no me mal intérprete usted y Mihirimah me han ayudado mucho, pero extraño mi vida, mis autoridad sobre todo, ahora se lo digo lo sucedido con Beyhan no se quedará así, ella me pedirá perdón -Dije segura, esa mujer se arrepentirá de haberme golpeado.
Hurrem: No esperaría menos, esa mujer es la principal de mis molestias, siempre se mete donde no debe, nos trata como inferiores Mahidevran y yo no estamos a su nivel, somos superiores pero no lo ha entendido.
Victoria: Ahora ella me tiene en su camino, cuente conmigo siempre sultana. -Ella me miró y me dio una media sonrisa. -El primer día que estuve aquí me habló de lealtad, sepa que ahora se a que se refiere y mi lealtad es suya, espero recibirla de vuelta.
Hurrem: No te preocupes, te apoyaré con todo mi poder y se que lo harás conmigo, ahora espéra en los aposentos se Mihrimah, enviare a Sumbul en cuanto hable con el sultan. -Hice una reverencia y me fui de ahí, Mihirimah me presto algunos libros y se despido de mi, me senté a leer, no se cuanto tiempo estuve ahí, entonces entro Sumbul y me dijo que el Sultan me recibiría, me pare y lo seguí pero en medio del camino aprecio Beyhan, me miró mal cuando la miré a los ojos, jamás me volvería a inclinar a esa mujer, se llevó a Sumbul él me indico el camino y continúe sola, pero entonces me perdí, comencé a desesperarme y al girar en el pasillo choque con alguien tan fuerte que perdí el equilibrio estuve apunto de caer cuando él chico con el que choque me tomo de la cintura evitando que me golpeara.
Nuestros ojos se encontraron y podría jurar que su mirada era lo más hermoso que había visto.
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Sentí mi corazón latir rápidamente y mi sentido común dejo de funcionar sonreí bobamente y él me devolvió la sonrisa y por Dios que era la sonrisa más linda del universo, cobre la compostura y y me solté de su agarre.
Victoria: Lo lamento, no te vi estaba distraída, gracias por sostenerme, si me disculpas, debo irme, -Le sonreí y continúe mi camino, llegando por fin a los aposentos del Sultan, espere en la puerta hasta que me dijeron que podía entrar.
Al llegar hice una reverencia
Suleyman: Princesa es un gusto tenerte aquí, me alegra conocerte.
Victoria: Es un honor su majestad, me gustaría que hablara de sus condiciones, no soporto la incertidumbre, además mi padre espera mi respuesta.
Suleyman: Bien, iré directo al punto, parece que eres decidida.
Victoria: Así es, espero saber mi futuro y el de mi reino.
Suleyman: Bien, quiero que te cases con mi hijo Mehmed -Dijo mirándome fijamente, la Sultana Hurrem había dicho que seguramente sería Mustafa, pero no, era Mehmed, lo mire extrañada.- Te lo diré a ti pero quedara como un secreto entre nosotros, él es mi adoración, mi valeroso Mehmed, cuando sea llamado al reino de Alá, será Mehmed quien asumirá el trono, necesitará a una mujer fuerte a su lado y se que tú eres la más capacitada para esto, conozco tu historia, es por eso que decidí enviar esa carta, esperaba que aceptarás.
Victoria: Bien, pero quiero conocerlo sin que él me conozca, luego me iré a Francia hablaré con mi padre y entonces tendrá su respuesta.
Suleyman: Tienes carácter, ojalá aceptes al final, lo conoceras esta noche, habrá un festejo en el harem y ahí estran todos mis príncipes.
Solo asentí, hice una reverencia y me fui, esperaba que llegara la hora del festejo, esta vez no estaría con Mihirimah si no que me sentaría en una esquina del harem, donde pasaría desparcibida. Ya estaba ahí las Sultanas, la Kadin y Gulfen Hatun.
Agha: ¡ATENCIÓN EL SULTAN SULEYMAN!
Todos nos levantamos e hicimos reverencia, me quedé parada esperando que entraran los principes. Entraron 4 hombres siendo anunciados pero no mencionaron Mehmed, gire mi rostro y el sultan me hizo un asentimiento, dio la orden y la música comenzó, las concubinas comenzaron a bailar, tal vez Mehmed no iría, probablemente estaría indispuesto.
Ana: ¿Se encuentra bien?
Victoria: Esperaba terminar con esto de una vez. -Dije mirando mis manos.
Agha: ¡ATENCIÓN EL PRINCPE MEHMED!
Levante mi vista y no podía creer lo que mis ojos estaban viendo.
Pov. Mehmed
Habría una fiesta en el harem, esperaba con ansias ese momento, quería ver de nuevo a la mujer con la que choque en el pasillo, no podía sacar de mi cabeza su bella sonrisa y sus ojos, esa mirada tan profunda y hermosa. Caminaba con mis hermanos.
Suleyman:Mehmed necisto que vayas a enviar esta carta al Rey Edmund de Francia, luego vienes al harem.
Tome la carta, hice una reverencia y me fui, tendría que esperar unos minutos más para verla. Envié la carta y me diriji al festejo, el Agha de la entrada me anunció y yo camine con la esperanza de verla, pero ella no estaba, no bailaba, ni tocaba ni servía, no estaba ella, ¿Acaso todo fue obra de mi imaginación?
Suspire y me acerque a donde mi padre, y tome mi lugar. Esa noche la Sultana Beyhan envió mujeres a todos, pero yo no la recibí, no podía sacar de mi mente esos bellos ojos .
