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Felix viajaba en la limosina hacia la dirección que le había dado Yunho, se sentía algo nervioso puesto estaba llegando a unos de los barrios más pobres, pero existía tanto en su cabeza que si bien, ni él, ni el auto donde viajaba parecían encajar...

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Felix viajaba en la limosina hacia la dirección que le había dado Yunho, se sentía algo nervioso puesto estaba llegando a unos de los barrios más pobres, pero existía tanto en su cabeza que si bien, ni él, ni el auto donde viajaba parecían encajar, se preguntó así mismo, "¿y si yo vivía en un lugar así antes de que todo pasara?", pues las palabras de su padre resonaban con más claridad: "Sin mí, estarías muerto o serias un juguete", realmente había algo que agradecer, vivió una vida hasta cierto punto "normal", hoy era alguien privilegiado, pues era parte de la alta sociedad, con el lujo de no preocuparse de nada, más que de usar la ropa de moda, pero aquello parecía ser tan frío y vacío. Nunca supo algo de su pasado, más que los recuerdos palpables de una celda fría.

Bajo del auto y su chofer también lo hizo como modo de protección, le indico que se quedara al margen, después de tocar un par de veces dos pequeños niños, de ojos cafés, cabello alborotado y un poco de suciedad en el rostro lo recibieron con una sonrisa.

—¿Está Yunho?— Preguntó a los pequeños.

La pequeña, quien tenia un pequeño y roto vestido verde, le tomo de la mano y lo introdujo dentro de esa pequeña casa de dos pisos, que estaba un poco maltratada, pero olía cálido, si olía a hogar, a comida caliente.

—¡Hyung tu cita ha llegado!— Pronunció un chico de unos 15 años con una sonrisa. —Pequeños dejen al invitado, disculpe, ¿Desea agua o algo?—

—Estoy bien, gracias.— Respondió.

Mientras esperaba conto aproximadamente 6 cabecitas, dos pequeños de menos de 4 años, 1 de menos de 12 y 3 de más de 14 años, entre 14 y 17, dedujo. Hasta el sonido de los pasos bajando la escalera lo hizo voltear, ahí estaba su amigo, con un short, sin playera, secándose la cabeza.

—Felix, ven sube.— Indicó. —¡Ustedes monstruos quédense quietos!—

Aquello le saco una sonrisa a Felix que subió para entrar a una pequeña habitación, donde había un par de poster de grupos de rock, una cama individual, una pequeña mesa con algunas revistas, como un cenicero lleno de colillas de cigarros.

—Lamento no ofrecerte algo decente.— Termino de secarse el cabello

—No te preocupes, ten.— Se sentó en la cama y le dio la ropa, quien la tomo y sin pena comenzó a vestirse. —¿Son tus hermanos?—

—No, son niños de la calle, son hijos de drogadictos, de ebrios o huérfanos, los mas grandes llegaron conmigo hace 5 años, los más pequeños tiene un año aquí, no es que sea un lugar de beneficencia y yo sea un Dios, pero cuando vives tanto tiempo en la calle, te das cuenta lo difícil que es, por lo que, cuando el idiota que me compro me dejo esta casa, pues era el único dentro de aquí, para no quedarme en la calle, no le conté nada a la policía, les dije que era mi padre.— Dijo colocándose la camisa. —Yo fui uno de esos niños, estuve en la calle hasta que esa organización me capturo, así que cuando los vi, no quise pasaran los mismos, Min y Lin, son los más pequeños, tiene 4 años, se quedan con Qing, quien tiene 13, los mayores Xing y Lang, son tienen 14 y 15, ellos se van conmigo a vender algunas cosas que recogemos, mientras Xeng, quien tiene 18 años, consiguió un trabajo en una panadería, entre todos nos cuidamos, pero el costo de protegerlos y no ser tocados, es una cuota a la mafia, pero no la he podido pagar, por eso necesito el dinero.— Finalizó abrochándose solo 4 botones de aquella camisa, para dejar ver bien el sello en su cuello. —Listó.—

Felix quien se quedo en silenció, lo miro, admiraba la fuerza y la valentía de aquel frente a él, pues no solo se quedo en aquella casa, donde quizá fue lastimado y herido, si no recogió a niños a quienes cuida con los pocos medios que tiene, siguió su vida y sigue teniendo la misma sonrisa que le mostro cuando eran vecinos de rejas, el mayor le contaba pequeñas aventuras de cuando era un chico de la calle y eso ayudaba a que aquello fuera menos doloroso y solo, también le decía que no gritara, que se comportara para que no fuera herido, lo protegió como un hermano mayor, cuando se lo llevaron creyó lo peor, pensó que este había muerto, pero ahora estaba frente a él con la misma sonrisa.

—Yo te ayudare, te daré el dinero que necesitas y...

—Felix, no es necesario, esta bien, lo hago porque eres un amigo y si tu corazón necesita esa venganza y hundir a quienes nos lastimaron y que quizá sigan haciéndolo, yo te daré mi apoyo y ayuda.— Colocó su mano sobre el hombro del rubio. —No te preocupes.—

—No, déjame ayudarte, al menos déjame conseguirte un trabajo, donde puedas pagar tus deudas y más.— Suplicó el menor.

—De acuerdo, ¿Nos vamos?— Le dio la mano.

El menor la tomo y bajaron para ver a los pequeños, sentados en un pequeño sofá, viejo viendo la tele, mientras los 4 más arreglaban la mesa, una pequeña mesa con 5 sillas, de diferente color y forma.

—Me voy, sigan las reglas, cierren las puertas, no pueden abrirle la puerta a nadie, al menos que este yo, o sea yo, Xeng tú que eres el único con móvil, no dudes en llamarme si sucede algo, cuiden a los pequeños y no quemen la casa.— Desordeno el cabello del mayor de los chicos.

—Fue solo una vez.— Hizo un puchero. —Cuídate Hyung.—

—Ustedes igual, no duden en llamar, adiós monstruos.—

Felix miró todo aquello con una leve sonrisa, sentía una calidez en su pecho, porque sin lujos, sin una mansión, sin un closet enorme, o sin preocuparse por comida, aquellos chicos eran más felices que cualquiera en la alta sociedad.

Ambos subieron al carro al salir, el menor miraba la ventana con algo de preocupación en el rostro, el mayor entre lazo sus dedos con los de él.

—Si estas decidido a seguir adelante, recuerda que jamás le enseñes a tu enemigo, que tienes miedo, sigue levantando tu cabeza, porque a deferencia de ellos, tu ya viviste en el infierno, el dolor y el miedo, fueron tus compañeros en aquella celda fría, por lo que nada te debe hacer dudar.—

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Línea peligrosa [Minlix]Where stories live. Discover now