No tan malo.

596 73 33
                                    

La peliteñida continuaba buscando a aquella chica del conejo.

A su nariz le llegó el delicioso olor de la comida cocinándose. Pasó por la cocina y rápidamente se robó una pierna de pollo.

Sonrió maliciosamente saboreando aquel trozo de carne blanca en sus manos, cuando escuchó una voz alterada.

¿Quién hacía tanto escándalo al poco tiempo de haber llegado?

Decidió ir a donde estaba la voz.

—¿Quién habla con los animales? Fenómeno.

La peliteñida entre los árboles divisó que la voz provenía de un chico pálido y de cabello naranja que estaba al lado de otro chico alto, delgado y de cabello azul.

—Anda, responde. —dijo ahora el alto empujando ligeramente a alguien más que no alcanzaba a ver bien la peliteñida— ¿O qué? ¿Es que ni eso puedes hacer?

Los chicos tomaron a la fuerza algo de entre las manos de la otra persona.

—¡No! ¡Devuélvanme a Angel!

Los chicos reían mientras se pasaban al conejito y empujaban a la pelirosada, haciendo que esta cayera al suelo.

—¿Qué mierda están haciendo? —cuestionó con molestia la peliteñida.

Al instante los chicos con temor voltearon hacia donde provenía la voz, mirando a aquella chica molesta con una pierna de pollo en su mano derecha.

—N-Nada, Rainbow... solo, le mostrábamos a esta Cristal cuál es su lugar. —explicó nervioso el chico pálido.

—S-Sí, además, ella empezó, ¿sabes? —se excusó ahora el alto— Nosotros solo estábamos jugando con una ardilla y ella llegó a molestarnos.

La peliteñida miró a la chica en el suelo.

—Son estúpidamente ruidosos. Solo quería comer mi pata de pollo en paz y ustedes interrumpieron mi armonía. —soltó con desdén— Denme a ese maldito conejo.

—C-Claro, Rainbow.

Le entregaron al conejo mientras la chica le veía con temor.

—¿Siguen aquí? Largo. ¿No ven que arruinan mi mañana?

—L-Lo sentimos Rainbow. La dejamos en tus manos.

Y sin más, los chicos salieron corriendo como si su vida dependiera de ello.

—Por favor... no le hagas daño. —suplicó la pelirosada dudando si acercarse o no.

La peliteñida suspiró mirando al conejo. Parecía enojado. Bueno, tenía razones para estarlo.

Lo acarició.

—Toma. —extendió su mano con el conejo— No le pienso hacer nada.

La pelirosada la miró sorprendida.

—G-Gracias... —dijo tomando con cuidado al conejo, que de inmediato se refugió en sus brazos.

—Debes de tener cuidado de con quién te metes. Estoy segura de que sabes bien de la rivalidad entre nuestras escuelas. Eso no excusa lo que hicieron, pero sé más precavida. Como viste, no todos son tan decentes.

La pelirosada analizó con atención a aquella peliteñida desinteresada que le daba un mordisco a aquella pierna de pollo en sus manos.

¿Era aquella chica tan mala como decían sus amigas?

—Ah sí. —recordó ya terminando su pieza de pollo— Te estaba buscando.

—¿A mí?

—Duh, ¿ves a alguien más aquí? —cuestionó con obviedad— Debemos ir a dejar nuestras cosas al dormitorio. Luego algo de hacer nuestra casa de campaña o algo así. Lo anunciaron.

No puedes hablar en serio | Sunlight-Rarijack-Flutterdash |Where stories live. Discover now