Segundo libro de Inmune.
"Te protegeré, aunque eso signifique mancharme las manos de sangre."
- Leo vuelve a recordar todo su pasado y quien es en verdad. Ahora tiene la clara responsabilidad sobre sus hombros sobre cual es su papel y de cuidar aque...
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Se aproximó a la cama y la dejó acostada sobre esta y él se quedó sentado mirándola atentamente. Se sentía muy duro y verla en ese estado le hacía perder casi la razón contemplando su cara roja y su cuerpo perlado por la sudor. Pero cuando bajó la mirada hasta la intimidad de ella, con las piernas abiertas y toda mojada…
Un hambre voraz lo invadió de golpe. Levantó rápidamente la mirada hacia su novia, donde se encontraba con el brazo tapando sus ojos y la otra sobre su pecho intentando regular la respiración. Esto era lo que se temía, no poder parar…
Sigilosamente se fue colocando de rodillas al lado de la cama, y con cuidado fue agarrando de las piernas de su novia lentamente como moviendola para que quedara recta para el. Ella aun seguía perdida por lo que aprovechó acercando su boca a su intimidad. Su olor le volvió loco. Colocó las piernas de su novia sobre sus hombros y terminó por cortar las distancia, cerrando los ojos y sacando la lengua, pasando por todo sus pliegues hasta su entrada degustando su sabor dulce.
Leo gimió flojito estando aun sensible por lo de antes. Sin entender se quito el brazo de su cabeza para ver que pasaba pero al sentir de nuevo algo humedo pasar por su sexo se estremecio de pies a cabeza. Se incorporó solo un poco, apoyándose tras sus codos. Miro y se sorprendió al ver a Jacob mirándole fijamente y entre sus piernas. El rojo invadió su cara de golpe.
-Q-que haces? - pregunto en un hilo de voz volviendo a estremecerse cuando paso su lengua en su botón, incluso intentó cerrar las piernas por inercia pero Jacob las volvió abrir de golpe, agarrando con fuerza sus muslos.
-Castigarte - murmuró con un tono coqueto como bromista en la que volvía lamer como besar sus pliegues degustando mas su sabor.
La morena se callo un jadeo mordiéndose el labio con fuerza mientras no paraba de comerla. Lo hacía cada vez con mas constancia provocando que de nuevo se encendiera por completo. Estaba sin palabras, solo podía verle como la miraba con esos ojos que quieren engullir hasta la última extremidad; se dejaría con gusto.
Con la respiración agitada acercó su mano a la cabeza de su novio para que le prestara atención.
-Jake, para…
-Porque? - pregunto una vez se apartó un poco pero acerco su mano hacia su botón rosado empezando a masajear suavemente pero constante.
Un gemido se le escapó de sus labios por la sensibilidad que le dejó y que resbalara su dedo haciéndolo mover de esa forma le hacía perder la cabeza. Jacob sonrió de lado al verla, moviendo su dedo más rápido y volviendo acercar sus labios a su entrada introduciendo su lengua en su interior. La morena solto un largo gemido pero se callo al momento. Le agarro del cabello para que parase y alejandole de su intimidad. Jacob gruñó ante el gesto, gustándole de una manera inexplicable, por lo que movió más rápido sus dedos acercándose a ella hasta besarla de manera feroz hasta ponerla contra la cama pero sin dejar de tocarla.
