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Christopher

—Shhh, tranquila—acaricio la mejilla de Makayla cuando se remueve en su cuna

Ha estado un poco inquieta desde que la acosté a dormir. Ella comenzó a llorar y Lena no supo qué hacer, no quiso molestar a Hailey y terminó llamándome a mi.

Son las cuatro de la mañana, Hailey no ha llegado y me pregunto dónde mierda está. «¿Estará durmiendo en casa de algún hombre?» no lo sé, el maldito Ivan y sus hombres renunciaron para ser re-contratados por ella, así que ya no me dan explicaciones de nada. Se limitan a asegurar que ella está bien.

No ha respondido a mis mensajes, ni a mis llamadas. Salió de la oficina sin decir nada, me dejó ahí helado sin saber qué mierda hacer con toda esta jodida situación.

La entiendo, maldita sea, ella... si, tiene el derecho de creer todo lo que cree. Y no mintió al decir que yo esperaba arreglarlo todo con palabras. Y tampoco mintió al decir que no es justo que todos esperen que simplemente me perdone después de toda la mierda que causé.

Me gustaría poder discutir con ella, decirle que no tiene razón y que solo quiere complicar toda la mierda. Pero no puedo, porque ella tiene razón, y si algo le molesta es que las personas le digan lo que tiene que hacer.

Siendo sincero, y me arde decirlo, yo no habría dejado que ella siguiera viendo a Makayla si las cosas fueran al revés. O quizás si, ahora que lo veo desde mi punto no estoy seguro.

Lo que sea, no importa. Al menos ella escuchó y comprendió lo que yo tenía para decir, ahora... queda hacer lo posible para que me perdone.

Maldita sea, verla llorando y alejándose de mi me enfureció como la mierda. Quise caer de rodillas frente a ella al ver sus ojos verdes y café llenarse de lágrimas.

Pero ella es fuerte. Mucho. Hailey ha aguantado más de lo que cualquier otra persona podría y el que me haga frente aún después de lo que le hice lo demuestra.

No fue intencional, ambos lo sabemos. No quise herirla, pero eso no soluciona nada, no alivia todo lo que ella pasó durante ese tiempo.

Y debo hallar la maldita forma de enmendarlo, solo... no estoy seguro de cómo se supone que logre eso. ¿Cena? ¿Regalos? ¿Viajes? No sé que mierda hacer, quiero pegarme contra la maldita pared por ello.

La puerta principal suena cuando la cierran, Makayla se remueve y en sus labios se forma un puchero, así que acerco mi mano y acaricio su cabeza suavemente, viéndola suspirar antes de que el puchero desaparezca.

Sonrío. «Ella es hermosa, es como un pequeño angelito. Es toda sonrisas y buen humor como la familia de su madre»

—La maldita vida no me va a alcanzar para disculparme por ese día, princesa—murmuro—. Espero que no odies a tu padre cuando seas grande.

Me inclino y beso su frente antes de salir de la habitación, bajando las escaleras al primer piso y dirigiéndome a la sala para encontrarme con... bueno, algo que no esperaba.

Alexa prácticamente discute con Hailey en susurros. La pelinegra tiene el ceño fruncido y un puchero como los que hace Makayla. «Está cansada, lo hace cuando quiere dormir y no puede»

Aún así, me doy mi momento para repasar a mi mujer. Con un vestido plateado brillante ajustándose a sus curvas de una forma deliciosa, con el escote bajo exponiendo la parte superior del tatuaje que lleva en el valle de sus pechos y corto como la mierda.

Joder, incluso desarreglada y, al parecer, borracha, se ve como una maldita diosa egipcia con su cabello negro y sus ojos rasgados con un delineado que los resalta más de lo que ya lo hacen naturalmente.

Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Where stories live. Discover now