Capítulo 14: A salvo contigo.

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Si no actualizo seguido, es porque casi no comentan, pero en fin, aquí está el siguiente❤️‍🔥

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Abigail

Mi despedida de soltera sería en Eros.

El lugar era un edificio enorme, con cientos de pasillos subterráneos y una extensión de clubes que tenían un uso diferente.

El principal era donde yo bailaba, estaban los clubes para jóvenes, los privados e íntimos donde no había bailarinas, solo música tenue y las instalaciones adecuadas para llevar a cabo actos sexuales si se llegaba a dar el caso. También había un club solo para mujeres y otro exclusivamente para hombres.

Hoy el exclusivo para mujeres estaría disponible para mí, las chicas de Eros —no todas, pero sí la mayoría con las que me llevaba bien—, apoyaron las locuras de Mac y fueron cómplices de sus planes. Acordamos que no habría hombres, solo un ambiente tranquilo, muchas risas, comida y bebidas, por obvias razones eso último quedaba prohibido para mí.

—Voy a estar al pendiente de ti —avisó Kylian, me acompañaba hacia el club.

Todos los pasillos contaban con seguridad, pero ninguno de sus hombres nos miraban, mantenían los ojos en el suelo cuando pasábamos delante de ellos.

—¿Has puesto cámaras?

—Todo Eros está lleno de cámaras.

—¿Eso no es ilegal? —Inquirí divertida. Lo que menos le importaba a Kylian era respetar la justicia.

No comprendía muy bien cómo se manejaba su mundo y todo lo que implicaba su trabajo, pero sí sabía que tenía a muchas células policíacas a su disposición.

—No para mí —contestó con simpleza. Apretó mi mano con más fuerza conforme nos acercábamos a la entrada del club.

Los pasillos aquí dentro eran como laberintos, debías aprendértelos si no querías dar vueltas por un par de horas antes de encontrar lo que estabas buscando. Gracias al cielo Kylian me guiaba, además, tenía un mapa de toda la estructura que conformaba Eros, mi prometido lo puso en mi teléfono por cualquier inconveniente; también conocía los puntos ciegos, esos sitios que servían para esconderse en dado de un ataque, lo cual nunca había ocurrido y esperaba siguiera así.

Nos detuvimos fuera de la puerta negra, esta era la entrada del personal, a través del material se apreciaba el sonido de la música y creí haber escuchado la risa contagiosa de Mac.

—Cuida a mi bebé —susurró, su mano abarcó mi vientre aún plano.

Un cosquilleo me estremeció de pies a cabeza por el tono posesivo y dulce que usó. Solo en él la posesividad podía escucharse tierna.

—Él estará bien.

—Me encargaré de eso —sentenció tajante.

La caricia ascendió hasta mi pecho, abrió la palma y me tocó el escote durante unos segundos antes de terminar con sus dedos envueltos en mi cuello. Se inclinó hacia mi cara mientras alzaba mi barbilla.

Eros II © Where stories live. Discover now