—Habían pasado tan sólo unas horas de nuestra pelea y ahora Yeonjun estaba afuera de mi cuarto el cuál estaba cerrado con llave.
—Cariño, no puedes encerrarte de por vida— Me dijo en tono juguetón.
—Abrí la puerta dejándole caer de espaldas.
—Y no lo estaba haciendo— Bufé
—Dime razones— Pidió.
—Esto no puede ser verdad— Apreté el puente de mi nariz.
—Porfavor— Suplicó.
—Bien, no quieres nada que te complique y no buscas nada en especial— Señalé —Vamos Yeonjun sólo quieres follarte a cada persona que ceda a ello. Nada serío— Tomé asiento en mi cama.
—Pero si me dejas intentarlo.
—¿Creés que un chico como tú que camina presumiendo su ropa de marca para que las chicas griten puede robarme el corazón?— Alcé mi ceja.
—Beom.
—Ya te lo dije. No soy cómo tú creés
—Me tumbé en la cama con cansancio, ignorando totalmente lo que podría decirme ese idiota.
