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El hombre miraba al niño con una sonrisa desde la puerta con una ventana. La habitación estaba acolchonada y el pequeño vestía con ropas cómodas como para jugar.
El estaba jugando con una bata, que era para un niño más grande, el hombre comenzó a hacer caras al niño desde fuera del cuarto haciéndole reír.

-Señor, ya tenemos todo listo para proceder.-Dijo un enfermero quien traía una una charola con unas jeringas e insumos para el pequeño.

-Abran la puerta.-Dijo ya con el rostro serio mientras los otros enfermeros abrían la puerta así dejándole pasar.-Hola cariño, ¿estás contento?.-Cargo al niño en brazos y este continuo riendo. Aún no podía hablar.

-Señor, la jeringa.-Hablo el enfermero en bajo.

-¿Podrías no apresurarme?, aun no sabemos si eso puede matarlo. Déjame disfrutar un poco antes de hacerlo.-Hablo con clara molestia mientras suspiraba para bajar al pequeño y tomar la jeringa.-Sujetenlo.

Cuando la jeringa ingreso comenzó a llorar, no sabía que era eso. Pero el líquido dentro fue introducido completamente.-Ya, ya no llores. Tranquilo, ya pasó.-Consoló el hombre mientras sonreía. El niño volvió a sonreír.

-Es increíble como puede sonreirle a pesar de que sabe lo que hace con el.-Dijo el enfermero.

-¿Podrías callarte?, hay más niños aquí. Sus casa hogar sabían que serían dados para esto. Por favor cierra la boca. Solo haz tu trabajo.-Dijo con una mueca mientras soltaba al niño y volvía a levantarse.

-Revisenlo cada ocho horas, si se muere solo incenerenlo.-Dijo fríamente mientras salía de la habitación. Los enfermeros se observaron mutuamente y guardaron las cosas antes de irse.

El niño comenzó a llorar al estar solo en esa blanca habitación, pero esta era aprueba de sonido. Por lo que no se oía nada, al cabo de una hora finalmente se durmió.

-Hola, ¿cómo te llamas?.-Se acercó al niño que se mantenía en una esquina de la habitación sin expresión alguna.

-Señor, ¿esta seguro de que es buena idea que interactue con terceros?. El nisiquiera sabe hablar.

-Lo es, quiero saber que puede hacer. Además, esta bien que no hable, no quiero que desarrolle demasiadas cualidades intelectuales.-Aunque al volver a mirar desde la ventana de la habitación está se encontraba empapada en sangre.

Los enfermeros gritaron aterrados y trataron de abrir la puerta entre nervios, el niño estaba desfigurandole el rostro con sus manos mientras lo golpeaba.-¡Detente!.

El niño al dárse cuenta de lo que estaban a punto se hacer se acercó a ellos con la intención de herirlos también, pero al ver que ese hombre ingreso al cuarto se quedó quieto, sentado sobre el suelo mientras lo miraba fijamente.

Aquel hombre lo miro con cierto asco e indiferencia mientras observaba al otro niño convulcionar. Quizás a punto de morir. El hombre se coloco de cuclillas y acaricio sutilmente su cabello.-Eres tan despreciable, un jodido animal.-Lo abofeteo duramente.-Mataste a ese niño, lo mataste.-Volvió a abofetearlo.

El niño comenzó a llorar y comenzó a reverenciar aún arrodillado pidiendo por su perdón.-No hagas eso.-Se levantó y observo a los enfermeros por fin llevarse el cadáver.

La habitación estaba tintada de rojo al igual que las ropas del niño. El hombre negó cortamente y tomo de los cabellos al niño para clavar una jeringa en su cuello a la fuerza. Este grito de sorpresa pero terminó cayendo sobre el suelo cuando el hombre lo soltó.

Salió de la habitación dejándolo solo, aturdido y con ganas de llorar. Cosa que sin duda hizo en una esquina de la habitación.-Revisenlo cada diez horas.-Dijo el hombre mientras caminaba hacía otra de las habitaciónes.

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-Dónde está el.-Dijo el hombre mientras tomaba de la camisa al enfermero quien estaba asustado.

-N-No lo se señor, no pertenezco a esta ala.-Dijo temblando por la mirada molesta del hombre. El mismo le soltó y comenzó a correr.

Cuando llego a la habitación del niño hacia unos minutos atrás no lo encontró, solo vio los cuerpos de los enfermos muertos sobre el suelo con las caras desfiguradas.

El niño se había escapado, el verdaderamente lo había echo. Las alarmas comenzaron a sonar mientras todos cerraban las salidas e impedir que el niño escapase.

Escucho gritos y lo vio, rasguñando y golpeando la cara de la mujer contra el suelo mientras mantenía esa fría mirada.-¡Alto, detente!. Detente.-Grito el hombre pero el niño no acato la orden y se acercó a el con la clara intención de atarcarlo pero fue detenido por unos enfermeros y su sedante.

El niño cayó rápidamente al suelo y el hombre suspiro aliviado, no pudo creer lo que vio. El realmente quería atacarlo. Terminaron por llevarse al niño a una habitación diferente. Con más seguridad.
Esta ves le inyectaron otros insumos que causaron que despertara dos días después. Bastante más rápido a lo que habían creído.

El niño comenzó a arañar y golpear todo queriendo salir, gritando y pidiendo salir entre gritos. Por mas que trataron de entrar a calmarlo no pudieron, su única solución fue sedarlo e inyectarle otro tipo de insumos.

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-Señor, el ya no es un niño. Acaba de cumplir 18 años.-Dijo el enfermero mientras miraba los papeles del joven.

-El sigue teniendo esa apariencia, a la de un niño..-Sonrió

-Le hemos estado dado insumos fuertes, y esos han traído varios efectos secundarios.-Explicó.

-No olviden rapar su cabeza, le crece demasiado rápido. Su cabello.-Dijo no tan interesado en el enfermero.

-Esta bien.-Dijo con cierto fastidio mientras volteaba para irse. Al caminar por los pasillos vio a los niños y adolescentes jugar en el salón de siempre. Todos con batas blancas y rapados. Eran todos casi idénticos.

Ellos se fueron a jugar con bloques que tenían permitido usar y otras cosas interactivas que el Señor les había dado. Aunque el único alejado de ellos era el niño. O ya no tan niño.

-Oye, ¿Porqué eres el único que no formula ninguna palabra?.-Pregunto una niña mientras tocaba su hombro. El susodicho sonrió cortamente y al hacerlo ella se asusto, retrocediendo un poco.

-Déjalo, el no debería estar con nosotros. Es el favorito.-El se levantó muy lentamente y se acercó al chico que dijo eso y levantó la mano en dirección hacia el y poder apretar su cabeza como a una lata sin siquiera tocarlo.

Todos los niños y chicos presentes comenzaron a gritar aterrados mientras corrían para todas partes, el chico que habia sido herido estaba sobre el suelo mientras se desangraba. 

Las alarmas comenzaron a sonar y los enfermeros entraron a la habitación para tratar de detener al problemático. El niño al darse cuenta de lo que podía hacer movió la mano y empujo fuertemente a los enfermeros contra las paredes y luego terminar por matar a todos esos niños que estaban ahí.

Comenzó a correr mientras golpeaba a todo lo que se le atravesara. Solo buscaba a un hombre, su furia subía y estaba desesperado en querer encontrarlo.
Gritaba mientras lo buscaba y esas alarmas seguían sonando aturdiendole.

Aunque habría caído al suelo debido al cansancio de haber golpeado y asesinado a todas esas personas. Fue ahí donde el hombre lo encontro y se lo llevo a su cuarto para inyectarle un sedante.

-Eres tan despreciable.-Dijo antes de salir de la habitación y dejarlo solo







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Juju, ola

Loneliness - VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora