Pelea

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Spreen giro con destreza el hacha de hierro en su mano. Dio unos golpes de prueba al muñeco de entrenamiento, moviéndose con flexibilidad dentro de su armadura de cuero, mucho más elástica que su normal armadura de diamante.

Roier lo interrumpe, atacándolo por la espalda con una espada de hierro desgastada. Spreen se escabulle del ataque con su escudo, empujando a su contrincante al suelo, lo que no es suficiente para tirarlo.

Los omegas pelean con salvajismo, respondiendo a los ataques mutuos con tanta flexibilidad como siempre. Saltando en el momento justo hacia atrás para evitar los golpes, cubriéndose con el escudo para evitar los asaltos.

Ambos eran rápidos y ágiles con sus extremidades, aunque su poder era diametralmente distinto en estos momentos. Spreen era bruto con la fuerza de un híbrido de oso en sus garras. Por otro lado, Roier era solo un omega humano, con un talento natural para las peleas, extremadamente bueno con las armas.

La mayoría de los golpes se los lleva Roier, es el segundo día de entrenamientos y su energía ya no es la misma que cuando comenzaron, pero Spreen solo parece tener más y más energía.

Estaba hiperproductivo por el celo.

La pelea termina cuando Spreen golpea la barbilla de Roier con el mango del hacha, casi dejándolo caer al piso de no ser porque es suficientemente rápido para sostenerlo de la cintura

"Puedes irte a la chingada Spreen" Gimió adolorido. Su pecho subía y bajaba por el esfuerzo, y el sudor corría por su frente.

"Casi te acercaste a él hoy, estoy impresionado". Roier miró a Cellbit que estaba en las gradas, sabiendo muy bien que, en realidad, ninguno de sus golpes había estado cerca de tocar Spreen.

"No es justo, ¡está en estado salvaje!"

Se paró de los brazos de Spreen para sacudirse el polvo y dejar su arma lejos. Tropezó un poco en su camino hacia Cellbit, pero siguió avanzando hasta llegar a sus brazos.

"No seas grosero Roier" El aludido no se molestó, solo dejo que las manos cálidas de su marido se posaran en su cabeza mientras le hablaba.

"No estoy salvaje, tú eres malo en el pvp", Spreen gruñó, sin soltar su hacha.

Todos sabían que eso era una mentira, porque el otro omega no era para nada malo en el pvp. Roier a pesar de ser una de las almas más compasivas del servidor, también era uno de los mejores con la espada después de Etoiles, Philza y Spreen.

No quería admitirlo, pero Roier era su mejor compañero de prácticas dentro de la isla, un verdadero oponente, un gran desafío para seguirle el ritmo en rapidez, y le daba la tranquilidad de que nunca terminarían con daño físico irreparable.

Después de todo, solo era un entrenamiento rápido, un entrenamiento para amansar el celo creciente de Spreen.

"¡Está como loco! Me rindo."

Spreen aún no estaba del todo curado de sus heridas previas. Las vendas envolvían parte de su pecho y su hombro izquierdo, donde quedaría una fea cicatriz. Bad le había indicado que no podía luchar con las vendas; sin embargo, el omega nunca fue bueno escuchando a la autoridad.

Además, estaban en una situación excepcional.

"Dame otro round"

"¿Qué? No" Respondió Roier levantando sus manos en son de paz. Ya estaba bastante magullado por el salvajismo de Spreen, tanto así que la armadura de cuero que traía para entrenar estaba rota en las costuras.

"Brasileño, dame otro round" Insistió.

"No, estás como loco. Debes anidar"

"Eso es para putos"

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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Obstinado/SPREEN OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora