Capítulo Catorce

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—¿Trolls?¿En esa zona del bosque?—la voz de Griselda salió estrangulada mientras sujetaba su carpeta con fuerza—Eso es imposible, solo hay trolls en el bosque oscuro y las alumnas estaban en la zona del claro.

—Yo mismo acabé con ellos, se que es difícil de creer pero era un grupo muy grande para pasar desapercibido. —los ojos del profesor Paladio se detuvieron en la mirada de la directora, muy consciente de lo que estaba dejando a entender.

—Entiendo lo que quieres decir, alguien ha debido guiar a los trolls a esa zona o nos habríamos dado cuenta de su presencia. —habló finalmente la directora, su voz llena de seriedad dejando de lado su lado más afable —¿Alguna estudiante herida?

—Afortunadamente estaba Stella y ninguna hada salió herida.—admitió el hombre con una sonrisa—Realmente mantuvo a todas a salvo, confiaban en ella y tiene un talento innato como líder aunque sucedió algo que me dejó preocupado

—¿El que?—se adelantó Griselda dejando mostrar su preocupación por aquella rubia que secretamente era su hada preferida.

—Soy plenamente consciente del "problema" de la princesa con su magia por eso me preocupé cuando algunas alumnas me contaron que estaba ayudando a Bloom con el control de su fuego... Hasta que me di cuenta que la chica humana parece hacer que Stella se sienta cómoda, la magia de las dos fluye de una forma tan bonita que me hace olvidarme que cualquiera de esos ataques podría destruir cualquier cosa.—empezó a decir el elfo de cabellos rubios largos con un ligero brillo en sus ojos—Pero hoy me he dado cuenta de que puede que Stella se está forzando demasiado, hoy parecía más una extensión de su abuela que ella misma y creo que lo hace para protegerlas.

—Descansa un poco Paladio, solucionaré todo esto.—aseguró la directora con una suave sonrisa.—Griselda ¿Puedes pedirle a Stella que venga aquí?

—¿Crees que tiene razón?—preguntó bajando la mirada—¿Que le está haciendo daño estar con las chicas?

—Por supuesto que no, solo que Stella tiene la misma mala costumbre que su abuela y que su madre.—contestó la directora apretando los labios—También asegurate que Bloom descanse, se de sobra que si Stella se ha movido con tanta libertad es porque ella también estaba luchando.

La directora esperó pacientemente a la llegada de la heredera de Solaria, el hada no se hizo esperar. Stella entró con la cabeza ligeramente alzada, las manos metidas en el bolsillo de una gran sudadera color azul y unos pantalones de deporte de color grisaceo. Tenía el pelo ligeramente mojado, se podían ver las ojeras debajo de sus ojos parecía que la habían interrumpido en su tarea de irse a dormir. Una de las habilidades de Faragonda era ver el flujo de magia, pocas personas en la dimensión estaban capacitadas para hacerlo, esperaba encontrarse los niveles de la princesa por los suelos pero cuando la miró con atención se dio cuenta que era todo lo contrario.

—¿Necesitaba algo directora Faragonda?—preguntó con la voz algo ronca mientras se sentaba frente a la mujer.

—Lo has usado ¿Verdad?—preguntó mientras chasqueaba los dedos atrayendo una tetera—Pareces exhausta, estoy segura que te cuesta mantener esa postura tan erguida pero tus niveles de magia están por las nubes—Stella apretó los puños esperando el regaño—No te quedes ahí de pie esperando que te reprenda, era la mejor opción.

—Solo Bloom estaba en condiciones para pelear, debía hacerme cargo de la situación.—contestó con seguridad mientras se sentaba en la silla y tomaba una taza de té.—La princesa Galatea fue de gran ayuda, sin ella estaríamos dispersas en el claro.

—Como he dicho antes, no estás aquí para que juzgue tus decisiones de hoy sino lo que estas haciendo con las Winx.—informó la mujer de cabellos grises—Lo haces de manera inconsciente pero esa sobreprotección solo frenará su aprendizaje, se que quieres cuidarlas pero es aún peor con

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⏰ Última actualización: May 06 ⏰

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When the sun meets fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora