ㅤ ₍ 24 ₎ En marcha ?ˀ

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Última semana de clases, se acude solamente a firmar asignaturas.

El salón estaba repleto, incluso había personas que jamás habían asistido a ninguna clase. Las bancas de cada sitio se encontraban juntas, había grupos de hasta siete personas en dos mesas. El profesor presente había dado autorización de que sus alumnos convivieran mientras daba las tan ansiadas calificaciones.

De costumbre, Max y Sergio estaban juntos. Por alguna razón algunos de los amigos de Sergio comenzaron a convivir sanamente con los del rubio, definitivamente la pareja había logrado extender su círculo social mutuo. Había un total de nueve adolescentes agrupados, repartidos en cuatro mesas, no hacía falta decir que estaban casi uno sobre otro. La charla que reinaba era sobre las próximas vacaciones, todos aportaban y opinaban.

La cabeza de Sergio descansaba cómodamente sobre el hombro derecho del neerlandés, al ser de mañana el viento soplaba con tantas ganas que la nariz del pecoso ya se había tornado roja. Max cubrió el delgado cuerpo de su novio con su propio abrigo que era bastante grande, tanto que podía cubrir fácilmente ambos cuerpos sin problema. Sergio llevaba puestos un par de guantes también de la propiedad del rubio, incluso llevaba puesta la fragancia que Max usaba a diario, jugueteando con la misma terminó completamente y deliciosamente oloroso a la fragancia fresca de Max.

Uno de los brazos de Max rodeaba al mismo Sergio por debajo del abrigo. En una de las mesas había algunos caramelos y distintos alimentos que los chicos estaban compartiendo. Max comía alguno mientras que Sergio se obligaba a no hacerlo. Sergio también tenía secretos que jamás saldrían a la luz.

Pronto el apellido del pecoso fue nombrado, se levantó con rapidez. Max le insistió en llevar el abrigo puesto, terminó por aceptar. Una vez estando frente al escritorio del profesor se llevó la obvia sorpresa de haber pasado casi con honores la materia. Firmó orgulloso llevándose felicitaciones por el profesor y también de algunos de sus compañeros que estaban rodeando el escritorio. Estuvo a punto de volver con sus amigos y novio pero fue detenido a medio camino, alguien lo jaló por el cuello del abrigo obligándolo a detenerse.

¿Qué chingados? – soltó con cierta molestia antes de voltear.

— ¡Sergio! ¡Cuanto tiempo! – aquel hombre lo abrazó sin darle tiempo de decir algo.

— ¿Sebastian? Hace mucho que no te veía. – correspondió el abrazo, de alguna forma le había alegrado ver a su amigo.

— Tenía cosas que hacer, no podía quedarme después de clases. – mintió. Al terminar sus clases salía disparado del aula, se excusaba con Hamilton diciendo que Sergio era quien había salido corriendo, llevaba casi un mes evitando tener que participar en el plan de Hamilton.

Sebastian se separó del abrazo, aún tomaba a Sergio por los hombros.

— ¿Quieres acompañarme a la cafetería?

— No puedo ahora, estoy con mis amigos y con... – Vettel lo interrumpió.

— ¿Max? Ah, ese tipo no me cae muy bien, siempre está apartandote de mí. – habló fingiendo un poco su tono de voz.

— No es eso, estábamos hablando de algo importante.

— Pueden hablar de eso después, quiero mostrarte algo. – su tono cambió una vez más, era serio.

— ¿Tiene que ser ahora mismo?

— Debí decírtelo desde hace bastante tiempo.

Maldita curiosidad, Sergio ahora moría por saber lo que Vettel planeaba decirle desde hace tiempo.

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