El rubio estaba realmente cansado por más que había dormido hasta las 12 del mediodía, él era muy dormilón, y más cúando se trataba de dormirse tarde, lo que el ojizarco no sabía era que se quedó dormido con el celular en la mano, entonces tenía 5%. Perezosamente se deslizó en su cama hasta llegar a su cargador, lo conectó y dejó cargar. Mientras tanto, para matar el aburrimiento, se dedicó a limpiar su apartamento pues estaba algo sucio ya que no tenía muchas ganas de barrer y ordenar, no era algo para él.
—— Mamá, ¿Dónde estás cuándo te necesito? ——Se lamentaba en voz baja mientras lavaba los platos tranquilamente.
Entonces, metió la ropa a lavar y casi bostezando se preparó un té y se sentó en su comedor, Roger no solía hacer una limpieza tan profunda, por eso se cansaba a los 2 minutos que tocaba la escoba. Hasta que recordó que Brian existía y rápidamente corrió a buscar su móvil. Al ver los mensajes no pudo evitar reír y ponerse rojo al mismo tiempo, entonces, luego de mucho tiempo respondió tecleando velózmente.
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Cuándo lo envío, soltó una carcajada y le habló por celular a Deacy con el objetivo de ver que respondía el ruloso.
—— Por el camino en el que vas, te lo vas a cojer pronto ——Reía descaradamente el castaño.
—— Esa es mi meta ——Sonrío.
🩰
Brian salió de trabajar y con mucha pereza se subió a su Maserati de lujo, prendió el aire acondicionado que poseía el vehículo y revisó sus notificaciones. No le tomó importancia a ninguna, hasta que vió un mensaje del rubio que lo dejó boquiabiero, pero tecleó una ingeniosa respuesta.
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Sonrío mientras se peinaba los rizos con su mano, entrelazó sus dedos en ese cabello rebelde y arrancó el coche con su virilidad dura y notable, pues durante todo su trabajo no pudo pensar en nada más que no sea la foto del rubio; comenzó en su hora de descanso, sus dos manos grandes y sus largos dedos cubrían casi todos sus 19 cm, que aumentaban su tamaño al tener una erección, no podía evitarlo, necesitaba darle atención a su miembro. Claramente lo hacía debajo de la mesa de oficina, pues no sabía quién podría entrar. Por lo cuál, tenía que ser rápido y silencioso. Gruñiendo el nombre de Taylor eyaculó sobre toda su mano. Con la respiración entrecortada tomó una servilleta de papel y limpió su pene, al rozar el papel sobre la punta no pudo evitar ahogar un gemido, era doloroso no darle la atención que merecía. Él necesitaba al ojiazul.
Con una gota de sudor en su rostro al recordar todo lo sucedido, el mayor llegó a su hogar y velózmente se desnudó, necesitaba aire fresco, y al tener mucho calor, encendió el ventilador con la potencia al maxímo. El rizado ya había comido por ahí al terminar su horario laboral, por lo tanto no tenía hambre, entonces se dió una ducha de agua fría con el fin de saciarse.
