Tan solo tenía 17 años cuando el verdadero infierno empezó. Le encantaban sus ojos, quizás, solo estaba obsesionado con ellos, talvez, solo quería verlos llorar.
¿Podrá encontrar la paz en su corazón?
ADVERTENCIA: Esta historia contiene: violencia...
Es San Valentin, una nueva moda de los jóvenes es regalar flores con significados hermosos y bellos, es por eso que los pedidos llegan a nuestra tienda como pan caliente, usted también, pida un regalo para su pareja y disfrute de estas fechas, las flores son personalizadas.
—Tss, tiene que ser broma. —Bebió un sorbo del café.
Apago la radio y encendió el televisor para ver a los candidatos a la alcaldía que en esas fechas, iban a ganar a la gente con regalos y propuestas que para nada iban a cumplir, pero a las personas les gusta, les fascina la mentira. Entre esos estaba Lee Seung que estaba diciendo un discurso preparado con antelación y con una motivación excelente, pero, siempre hay un pero. Ese discurso no le quita la estupidez de la cabeza, incluso las palabras que utilizaba eran estúpidas sin argumentos, no apagó la pantalla, solo se levanto del sillón para abrir la puerta donde tenía toda su investigación. Vio las fotos de Minho y suspiro.
Prometo a mi ciudad con todo la verdad y la sinceridad que se merecen, la guiare y la protegeré como un tesoro.
—¿Sinceridad? —reprimió su risa y solo sonrió sin mostrar los dientes, se volteo para ver la sonrisa gigante y la seguridad que tenía la persona más falsa de la historia—. Es hora da darte tu regalo de San Valentin.
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No estaba interesado en ningunos de los sentimientos que Minho le mostraba porque para él solo era un simple juguete, un juguete sucio y manipulable, desde que su adversario bajo la guardia, era más sencillo de alcanzarlo y utilizarlo a su antojo propio. Estaba mal lo que hacía e incluso sabía que bajaría al infierno solo por querer venganza, cuando Minho besaba su cuello no podia expermientar nada, las sensaciones eran un total de desagradable y eso lo tenía que soportar, su mirada se desviaba a cualquier punto de la habitación por puro aburrimiento.
Su excitacion estaba tan cerca y tan lejos a la vez, su piel estaba cerca de la otra con un poco de sudoración, los besos que compartían eran lujuriosos, incluso sus labios encajaban muy bien y sus bocas estaban necesitadas, aunque Han no podía discernir con conciencia el porqué la boca de Minho era tan fácil de dominar seguía con lo suyo porque ahora estaba bajo su control y era lo único que importaba, pero esos sentimientos de falta de gusto se desvanecieron con una sola frase en su oido: Gracias Hannie. Su lívido subió rápido y su corazón se aceleró tanto que sus ganas de sonrojarse aparecieron, en toda su corta vida nunca había sentido ese sentimiento en su pecho, apreso más la manos de Minho en su cintura quería sentir más ese toque de los dedos suaves y controladores, algo andaba mal, pero Han no quería pensar en nada; quería disfrutar del momento.
Se dejó llevar por las manos hábiles de ese chico, ese chico que ahora lo estaba jodiendo de la peor manera Empezó con un fiesta normal de San Valentin y terminó en besos y caricias hambrientas. Los gemidos; roces; toques; sentimientos mezclados entre confusión y lujuria era lo que vivía en esa habitación, en la cama rechinante, las sábanas completamente arrugadas; ahora bien con el ambiente de calor y las luces tan bajas en un tono suave de rojo que hacían sombra en los dos rostros, compartían algo que uno de los dos estaba pidiendo. Minho recorría suavemente sus dedos por la cintura de Han, algo que al contrario lo hacía estremecer y suspirar mientras sus pieles chocaban haciéndose uno.
