21 | el calor de tus besos (+18)

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— Eso sería todo, ya pueden irse a casa — el médico suspiró con una sonrisa, ofreciéndoles el papel de firmar para que Hange y tú puedan irse — solo firme esto y esta.

Hange, terminando de doblar su ropa y metiéndola en un bolso que le habías traído, tomo el papel y la lapicero amablemente, firmando y preparándose para irse.

— En serio, puedo manejar yo. No tenías que llamar a Moblit — te comenta Hange mientras bajan las escaleras

— Si era necesario, además te diste un ligero golpe en la cabeza, hay que tener cuidado por lo menos una semana — afirmas.

— Como sea, no me falta mucho para volver a trabajar y de alguna manera tengo que ir. — levantó los hombros

— Yo te llevo. — dijiste

Hange se quedó un poco asombrada, por lo general en el vínculo que ustedes tenían ella solía ofrecerse a esas cosas, y tú eras diferente.

— No te quiero molestar — dijo.

Aclaraste que no molestaba, y te dijo que lo iba a pensar.

Mientras veían como Moblit llegaba en la camioneta negra de Hange.

Ambas subieron y comenzaron a dialogar un poco con este hasta que llegaron. La casa de el quedaba algo cerca así que el resto se fue caminando.

— Hace días que no como algo rico.. la comida de hospital no sabe tan bien — rasco su cabeza — comamos algo.

— Son las seis de la tarde, falta para cenar.. — sonreíste.

— ¿Y?

Terminó por convencerte.

..

Luego de pasarse un rato comiendo todo lo que encontraron en la heladera de la castaña, decidieron recostarse en el sillón a ver alguna película.

— ¿Que te gusta? — preguntaste refiriéndote al género de las películas — A mi me gusta el romance

— A mi me gustas tú — te guiño el ojo — ven, dame un beso.

Hange a pesar de haber estado tantos meses a tu lado, seguía provocándote nervios por todo el cuerpo. Era algo lindo y que nunca habías experimentado con nadie.

Constantemente pensabas que las caricias de la chica que te gustaba eran tan delicadas y te hacían sentir tanta paz que deseabas que ese momento jamás acabase.

Te acercaste tiernamente a Hange, acomodando las mangas de tu suéter ligero en tus palmas, sintiendo el tacto de este tan delicado como un beso de la castaña.

Estabas tranquila.

Te recostaste sobre su lado, poniendo la cabeza sobre la parte trasera del sillón. Tapando un poco tu cara, últimamente te veías exhausta, entre Hange y la universidad, honestamente te sentías demacrada.

Cualquiera, en tu lugar lo estaría.

Hange tomo tu cara con una de sus manos, el frío tacto de sus anillos erizo un poco tu piel. Dejo un leve beso en tus labios.

— A mi también me gustan de romance, vamos a ver alguna. Pero después miramos de terror. — pasó su brazo por tu cuello, acurrucándote en ella.

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⏰ Last updated: Feb 28 ⏰

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¿neighbor? | hange zoe. Where stories live. Discover now