#000 PRÓLOGO ☆ 𝓐𝓭𝓾𝓵𝓽𝓸

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Tsukasa Tenma es un joven idol que recién cumplió los 18, oficialmente siendo mayor de edad. Sus padres aprovechan esto para salir más de viaje, ya que al ser mayor de edad, confían que se las pueda arreglar solo.

Este chico es alguien confiado, que no se deja llevar por los comentarios de los demás. Comenzó su carrera como "idol" debutando a los 14 años y volviéndose instantáneamente famoso gracias a su carisma, coordinación y voz.

Todos en Japón conocen a Tenma, reconocido como uno de los mejores idols. Asia también conoce muy bien a este hombre, bueno, joven adulto.

Era el 21 de Mayo del año 2000, habían pasado 4 días desde el cumpleaños de aquel chico rubio, el cual se encontraba haciéndose algo de comer en la mansión de sus padres. Estos habían ido recientemente en un viaje, confiando en que ahora que su hijo es mayor de edad, podrán dejarlo más solo en casa.

Eran las 11:22 de la noche mientras este chico terminaba de hacerse la cena. Finalizó y fue a la mesa a comer esa simple ensalada. Después de todo, no se permitía comer muchas cosas "deliciosas" o mucho. Consumía prácticamente ensaladas, frutas, zumos, arroz o cosas de ese tipo.

Estaba con sueño, mirando los noticiarios de la televisión. Desinteresado, comenzó a masticar su cena mientras miraba las noticias. Suspiró y en cuanto terminó, fue a fregar los platos.

Era otro día aburrido, como siempre. Hacía ejercicio, comía algo, más ejercicio, practicaba sus vocales, descansaba, cenaba y se iba a dormir.

Apagó las luces de la casa y subió a su habitación. Encendió la calefacción y se tapó con las mantas. Cerró los ojos y a descansar.

Bueno, no.

Una alarma en su casa comenzó a sonar y, en cuanto se dio cuenta, una persona estaba presionando en su garganta, provocando su desmayo rápido.

En cuanto despertó, estaba en su casa de nuevo, pero había policías en la casa, junto a algunos investigadores y casualmente sus padres.

— ¿Qué ha sucedido...?

— ¡Tsukasa, cariño! — Su madre fue hacia él y le abrazó con fuerzas —. Estábamos preocupados. ¡Menos mal que despertaste!

— Han entrado a robar. Casi te secuestran, pero la alarma avisó rápido al cuartel de policía más cercano.

— Joder... Pues apenas he notado algo. ¿Cómo llegasteis tan rápido? Estábais en la otra punta del país.

— Han pasado 4 horas ya, cariño. Vinimos en vuelo —. La progenitora tomó su mano —. Sabes... Tu padre y yo hemos estado pensando durante estas horas y...

— Creemos que no es seguro dejarte solo.

— ¡¿Qué?! ¡Pero si ya tengo 18 años! ¡Llevamos ya años hablando de esto! Por fin tenía algo de libertad.

— Es por tu bien.

— ¡No, mamá! Siempre decís que es por mi bien. ¡¿Qué sabéis lo que está bien y lo qué no para mi?! Además, tenéis que cuidar también de Saki. ¡Yo ya soy mayor!

— Tsukasa, por favor escucha a tu madre.

— ¡No quiero!

— ... — Se quedó callada y miró a su marido con unos ojos de que no había nada que hacer —. Está bien, pero hay que hacer algo al respecto. La seguridad de la casa está lo más alta posible, no hay manera de que te podamos proteger más.

— De hecho, hay una manera.

— ¿Cuál?

El hombre se levantó y tomó a su mujer de la cintura para levantarla también. A continuación, se dirigió fuera del cuarto a conversar. Tsukasa solamente tocó su cuello, el lugar donde el secuestrador que falló en su misión le tocó y le dejó inconsciente. Estuvo a nada de pasar por unas horribles condiciones.

No se podía creer que por culpa de no haberse podido defender sus padres no le dejarían estar solo. Aunque tampoco quería hacerse el duro. Ahora tenía miedo a estar solo.

El pensar que durante esa noche, mientras hacía su rutina diaria una o varias personas le estaban observando cada movimiento le aterrorizaba, le daban escalofríos.

Quería pensar que era una pesadilla. Bueno, no, porque si lo fuese y se despertase en medio de la noche lo único que se pondría a hacer sería llorar.

Sus padres volvieron a entrar y con suavidad se sentaron en el borde de la cama de su hijo de nuevo. El padre cogió aire.

— Vas a poder quedarte solo.

— ¡Menos mal!

— Pero con una condición —. Prosiguió el mayor —. Vamos a contratar a alguien que te protega en la casa. Un tipo de... guardaespaldas.

— Espera... ¡¿Qué?!

— Hasta que no encontremos uno bueno y de confiar no podrás alejarte de nosotros —. Prosiguió su madre —. Es por tu seguridad, Tsukasa.

— ¡No, no quiero que un desconocido me defienda! ¡Sé defenderme solo!

— Pues no lo parece.

La mujer le dio un codazo a su marido en forma de riña y continuó hablando.

— Pues no te quejes más, la decisión ya está tomada, mañana veremos a quién contratar.

— Pero...

— Ni peros ni nada —. Habló su padre —. Ahora intenta dormir. Es aún de noche.

— ...

Tsukasa, callado, sin querer protestar más, se volvió a tumbar en la cama, abrazando su gran peluche de perro para calmarse. Hundió su cabeza sobre este para a ver si se asfixiaba, pero en cuanto empezaba a quedarse sin aire sacó la cabeza de ahí.

Simplemente no quería seguir viéndose como un niño pequeño que necesitaba la máxima protección. Él sabía bien que estaba en riesgo por culpa de su carrera, pero le daba igual, él quería simplemente vivir una vida normal con fama... No quería que todo fuese tan difícil.

Quería dormir y no despertar más, pensar que jamás tendría que ser acosado o asustado por personas que le conocían por su popularidad, que podía mantenerse solo.

Ojalá él pudiese defenderse.

𝓐 𝓿𝓮𝓻𝔂 𝓼𝓽𝓾𝓫𝓫𝓸𝓻𝓷 𝓼𝓽𝓪𝓻 ☆☆☆ RuiKasa🌟🎈Where stories live. Discover now