Que pasaría si una mujer hubiera sobrevivido al trágico accidente de los Andes?
Cómo fueron esos 72 días para Sofía Fernandez y el resto de los supervivientes?
Libro hecho sin el fin de romantizar este trágico accidente, realizado con todo el respet...
Sofía se había percatado de algó que muchos más no.
Numa cada que hacía un esfuerzo mayor se quejaba y gemía de dolor.
Arturo estaba aún más palido que ella y su respiración era débil.
Ya no quedaban suplementos médicos y los materiales que habían estado usando se gastaban, para algunos cada mordisco era doloroso.
Sofía sin pena le ordenó a Numa que le dejara tratar la herida que tenía, el jóven sin ninguna excusa tuvo que aceptar.
-Esto esta infectado, Numa
-Y que podemós hacer? Nada, Sofía.
-Dejamé intentar limpiarla, al menos una vez al día.
-Dale bo, pero nadie se puede enterar, ta?
-Ta, boludo, eso aplica para ustedes - agregó la rubia señalando a Vasco y Arturo.
-Yo no he visto ni oído nada - bromeó el Vasco
Arturo sin poder articular una sola palabra solo pudo toser.
-Gustavo! Roberto!
En instantes entraron los dos chicos a ayudar a Sofía a tratar a Arturo.
Infección
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-Arturo esta muy grave ya, le doy tres día, al Vasco un par más - discutían Gustavo y Sofía junto con Roberto en una piedra, aun qué el último estaba callado.
-Vos que opinas, Roberto? - peguntó el de Rulos
-De qué?
-Les das más o menos días?
-Qué querés, Gustavo? Decilo - respondió el castaño, un tanto brusco
-Roberto, calmáte un poco - interfirió la Rubia.
-Qué quieren?
Se hizo un silencio hasta que Gustavo respondió
-Que acá como médicos ya no podemos hacer nada, Roberto - respondió algo decaído - Nos vamos a terminar convirtiendo en enterradores. Y yo sé lo duro que es.
-Vos tenés las mejores piernas del equipo, Robe - habló la chica - Tenés que caminar por los demás. Ni dándome toda la comida del mundo me podre recuperar Roberto, no me queda mucho - se sinceró la chica, llamando la atención de ambos médicos - el periódo no es lo único que me ha estado quitando nutrientes.
La chica levantó un poco su pantalon, revelando así su pantorilla con un corte un tanto profundo, por suerte no estaba infectado pero igual aún no cicatrizaba.
-Sofía, porqué no dijiste nada? - la regaño Gustavo
-No podía preocuparlos, ya he sido demasiado carga. Se que hablan de mí cuándo creen que no los veo y soy consciente de mi apariencia, chicos.
-Pero..
-Basta, Roberto - lo cortó - necesitas caminar por nosotros. - finalizó la chica marchandose del lugar, dejandó a Roberto pensativo y preocupado.
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Durante la noche los jadeos de Arturo despertaron a todos, el pobre luchaba por respirar.
Entre todos lo bajaron de la hamaca y lo pusieron entre las mantas, intentando darle mayor soporte a Gustavo, quien había empezado a hacer compresiones en el pecho del chico.
-Estoy acá, Estoy acá - hablaba la chica guardando sus lágrimas - Respirá conmigo, Arturo. Dale, mirame a los ojos.
Arturo Nogueira tiene los pulmones encharcados.
No aguanta más.
Gustavo y Sofía intentan ayudarlo.
Pero nadie puede respirar por el.
La mañana llegó y lamentablemente Arturo había dejado de respirar, mientras dormía.
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