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Pov Hanayama

Estaba de vuelta en casa, no sabía porque me había ido así de repente, no era típico de mi. Me acerqué al jardín que cuidaban mi madre y la doctora para ver las flores y relajarme un poco, había sido un día muy largo.




Señora: Hijo, que tarde has venido, ¿ocurrió algo de camino a casa?- dijo preocupada.

Hanayama: Nada importante madre, me encontré con la doctora y la acompañe al dojo de los Orochi.- dije molesto al recordar a ese chico intentando besar la mano de mi doctora.

Señora: ¿Porque pareces molesto? Si quieres puedo hablar con el director somos viejos amigos.

Hanayama: .. Madre, ¿alguna vez tuviste un amor prohibido antes de padre?




Vi a mi madre sorprendida por la repentina pregunta.




Señora: ¿A que viene eso hijo, es por mi querida?

Hanayama: ...

Señora: Hijo, lo tuyo no es prohibido, no estas comprometido y eres libre de amar a quien quieras, si tienes sentimientos por ella deberías confesarte.





No hablé, ella estaba en lo cierto, no había ningún problema en confesarse, pero no quería hacerlo por si cambiaba nuestra amistad, en lo que la doctora llevaba aquí conseguimos un vínculo un tanto raro, no era como jefe y subordinado, era más como iguales.

Las veces que iba a su consulta a que me revisara las heridas de batalla o el típico chequeo, siempre salía con una sonrisa y me ayudaba a calmarme después de un largo día de trabajo con charlas amenas, además de los momentos en los que venía y me sacaba de mi despacho para dar un simple paseo por el jardín y pese a estar en silencio, se hacía cómodo el momento y su compañía. Los chicos también la admiraban y la trataban con respeto. Cosa que no pasaba desapercibida por los asistentes de la casa. Era perfecta para el papel de señora de la casa Hanayama. Pero temía que la perdiera si decía lo que sentía. Después de ver a otro hombre intentar cortejarla me descontrole, me sentía irritado, pero sabía que no tenía derecho de estarlo porque no éramos nada.




Señora: Hijo..- suspiro mi madre irrumpiendo mis pensamientos.- No lo pienses mucho, ella también tiene derecho a socializar con otras personas.

Hanayama: Como sabes—

Señora: Soy tu madre, ademas en eso eres igualito que tu padre. Cuando se trata de la persona que amas te sumerges en tus pensamientos y destrozas lo que tienes en tus manos y pones cara de enfado.- dijo viendo las tijeras de podar destrozadas.

Hanayama: Lo siento madre, te compraré otras.

Señora: No te preocupes por una nimiedad, volviendo al tema, puede que aun seas incapaz de declararte porque aun no sois tan cercanos, ¿que tal si intentas acercarte más a ella? Como llamarla por su nombre.

Hanayama: No había pensado en eso.

Señora: Pero antes de llamarla por su nombre pregúntale si puedes, ante todo hay que ser educado. Además.. ¿Porque no le haces un regalo?




Mi madre me estaba dando muchas ideas para acercarme a la doctora, me encantaba escucharla, estaba muy animada y sobretodo saludable, ya no aparentaba tener 90 años, ahora si que parecía tener 39 años, pese a tener esa edad se conservaba muy bien. Su pelo canoso dejo de salir hace tiempo, ahora las raíces las tenía de un color mas oscuro, un marrón castaño.




Señora: No te preocupes hijo, estoy segura que acabaras conquistándola como tu padre me conquistó a mi.






Pov Rindou

2ª Te quiero a ti(Hanayamaxreader)Where stories live. Discover now