CAPÍTULO 3

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Escuela Internacional Mount Mill Hill
Londres, Inglaterra
3 Meses Después del Inicio de Clases

Chloe Bourgeois se encontraba en la clase de gimnasia artística demostrando su talento. Aurelie Dupont había hecho un gran trabajo con ella y era la mejor de su clase.

Y para desgracia de su madre además de ella misma.... Esa era la única clase en la que destacaba en toda la escuela porque en las demás ella era deficiente.

Había pasado los últimos meses de vacaciones haciendo lo que su madre decía y esperando congeniar con esas personas, pero lo cierto es que en un país democrático cómo Francia o Estados Unidos ellas hubieran entrado si problemas, pero aquí en Gran Bretaña un país con reyes y nobles ellas estaban en lo más bajo de lo más alto siendo la única carta que tenían que su abuela había sido la hermana de la Baronesa de Clarence.

La rubia había esperado encontrar amigas en ese mundo de elegancia y distinción al qué pertenecía, pero solamente las chicas le hablaban con cortesía sin mostrar interés en tener una amistad con ella. Solamente una chica había mostrado interés en hablar con ella llamada Frances, pero su rango era tan bajo cómo el suyo que su madre no quizo fomentar esa amistad.

Ya cuando había entrado al internado se había enterado qué su madre había pedido que la pusieran con dos hijas de duque cómo compañeras con la esperanza de que se hicieran amigas.

Para su desgracia de su madre Lady Ulrika Forrest y Lady Begonia Paxton no estaban interesadas en tener amistad con alguien que tan sólo era rica en dinero y no era noble cómo ellas. No era solamente eso sino que ellas no estaban interesadas en alguien "Qué tenía aires de grandesa en ese país cuando no era nadie".

Las chicas con las que compartía habitación eran malas con ella (En ese internado todos compartian habitación con dos personas más) sobre todo la Reina del internado Lady Carol Hartley la hija del Duque de Wellington. Una belleza rubia qué rivalizaba con la suya. La chica desde que Chloe había llegado a la escuela y se había enterado que era francesa no perdía oportunidad para molestarla.

Lady Carol siempre le recordaba que su país era una monarquía caída en el cual sus nobles se habían vuelto ciudadanos comunes mientras que Gran Bretaña había tenido la inteligencia y fuerza necesaria para seguir teniendo reyes y nobles en la actualidad. La llamaba ciudadana y la trataba cómo si fuera una persona de segunda o tercera categoría indigna de su atención.

Dado qué él actual Duque de Wellington era descendiente de aquel que había enfrentado a Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo y le había vencido no dejaban de restregarselo en su cara "No busques elevarte francesa o puedes caer más abajo de donde te encuentras sino recuerda a tú compatriota Napoleón Bonaparte qué no fue rival para el Duque de Wellington de aquel entonces... Y así cómo él lo puso en su lugar yo también te pondré en tú lugar". Aquel era uno de los comentarios que recibía cada día.

Lo peor de todo no fueron las burlas de los demás sino por el hecho de que todo el mundo se había dado cuenta que ella no gozaba del cariño ni de la protección de ninguno de sus padres.

Había intentado hablar con su madre para que la defendiera con la directora del instituto, pero ella solamente le había dicho que se encontraba en Nueva York asistiendo a un evento de la Moda muy importante y que no la molestará qué le marcará a su padre si era tan urgente. Así había hecho, pero su padre ni siquiera le había tomado la llamada.

Desde ese día se ponía a llorar en su cama todas las noches al sentirse tan desesperada sin posibilidad de escapar de ahí. No era muy extraño qué aquellas nobles al enterarse de eso se burlaran aún más de ella.

Su vida ahí hubiera sido por completo desagrable si tuviera buenas notas ya que las chicas planeaban que ella les hiciera sus deberes, pero al ver en los resultados de los exámenes que ella no era muy lista desistieron de esa idea. Lo único que pasó es que empezaron a llamarla tonta y estúpida francesa.

De todas las personas que se encontraban en el instituto las únicas que le agraban era la maestra de gimnasia Pauline Hastings y la de ballet llamada Katerina Sokalova. Con las dos compartía la pasión por los dos deportes y lo mejor es que ambas le habían asegurado qué tenía mucho talento y futuro si lo deseaba.

Tenía talento en algo y personas calificadas y reconocidas se lo habían dicho. Esa era la única razón por la que su estancia en el internado valía la pena a pesar de sus otros desastres escolares que le conseguirían un montón de castigos por su bajo rendimiento.

En esos momentos en los que estaba sola, no tenía a nadie y nadie le ayudaba en sus deberes es cuando recordaba a la siempre leal Sabrina Raincomprix que siempre había estado junto a ella disfrutando de jugar y hacer maldades juntas obteniendo a cambio regalos caros, la ropa y los accesorios qué ya no quería. Ella había sido una perfecta aliada hasta que se puso celosa de su relación de amistad con la italiana Lila Rossi escogiendo delatarlas frente a todo el salón de clases.

En cuanto a Adrien Agreste podía haber sido su amigo en la niñez, pero cuando se hicieron más grandes sus contrarias personalidades los fueron separando hasta que su amistad se fragmento en el momento en que piso la escuela Francois Dupont.

Así que a pesar de estar sola no extrañaba a ni uno de los dos porque Sabrina estaba con ella soportando sus malos tratos por las cosas caras que obtenía y el modelo estaba con ella para no ser grosero ante los demás.

Aún así tenía que admitir que su vida era mucho más sencilla en París siendo la hija del alcalde antes de llegar a Londres con su madre.

Aún faltaban otros tres meses para que se terminará el semestre escolar y ella pudiera irse a "casa". No había hablado con su madre, pero por lo que sabia ella seguía en Nueva York con sus amigos pidiendo de vez en cuando a la escuela sus avances escolares siendo esa la única muestra de su interés por lo que hacía su hija mayor.

La Bourgeois sabía que le iba a ir muy mal con su madre dentro de unos meses por lo que por el momento no se preocupó y terminó su clase de gimnasia con Pauline para irse a su clase de ballet con la maestra Katerina.

Era cierto que lo pasaría fatal cuando se reuniera con Audrey Bourgeois así que lo único que le quedaba era disfrutar de las únicas cosas que la hacían feliz de estar en el internado.

El esplendor de Chloe Bourgeois Where stories live. Discover now