Crazy Girl - Percy Jackson.

007 Visita Peculiar

La albina se levantó exaltada, trato de regular su respiración y se levantó del piso. Escaneo el lugar con su mirada, parecía ser un templo, muy luminoso y con flores decorando las columnas, bastante parecido a la cabaña de Afrodita en el campamento.

-Estas bien?- Se dio vuelta al escuchar la voz femenina y su corazón se aceleró al ver a la mujer rubia acercarse con un jarrón de flores rosadas.

-Que hago aquí?- Pregunto mirando a su madre. Afrodita se acercó y dejó el jarrón en una mesa, le sonrio a su hija y se acercó a ella.

-Estas muy grande.- Dijo pasando un mechón de pelo detrás de su oreja. Lesh se removió ante el toque y miro el piso.

-Si, te lo perdiste ignorandome.- Hablo mirando a su madre, Afrodita la miro con pena y luego sonrio mostrando su perfecta sonrisa.

-Diego te crío bien, Leah.- Murmuró y se sentó en un sillón realmente hermoso, color rosado y con almohadones igual.

-Sip, Diego y Mayra.- Respondió sentando a su lado, apoyo su espalda en el respaldar. Afrodita alineó sus labios y asintio con la cabeza. Ante el silencio, ambas se sintieron incómodas.

-Porque estoy aquí? Madre, no me trajiste por gusto.- Fue directa la albina.

-No hay una razón en específico, quería verte y hablar contigo. Aunque si Zeus se entera me mata.- Confeso la rubia.

-Verme? Hablar de que?- Se enderezó y miro a su madre.

-Ten cuidado, Leah.-  Tomo las manos de su hija y le sonrio.- Fíjate en quien confías y en quien no.- Aconsejo. Leah frunció su ceño.

-Lo dices por Percy?- Pregunto con algo de inquietud. La diosa del Amor solto una risa divertida y nego.

-El me agrada.- Confeso.- Y a ti también por lo que veo.- La albina la miro confundida.

-Claro que me agrada.

-Cuanto tiempo llevan de novios?- Pregunto mirando a Leah.

-El no es mi...Novio.- Murmuró mirando a Afrodita.- Somos amigos.

-Deberías decírselo Cariño.- Aconsejo con un tono de broma. Leah frunció el ceño, a que venía eso?- Solo el amor te hace hacer ese tipo de locuras y dar ese tipo de miradas.

-Estas alucinando Madre, estas segura de que estas flores son seguras?- Pregunto tratando de cambiar de tema.

-Leah...Soy la diosa del Amor, se reconocerlo cuando lo veo.- Ante eso, Leah simplemente guardo silencio.
Tal vez...No, no, no hay ninguna posibilidad.
Se levantó del asiento y miro a Afrodita.

-Me trajiste para consejos de amor? No los quiero.- Farfullo molesta. Camino hacia unas plantas y se agacho frente a ellas. paso su mano encima, rozandolas, la plantas se movieron siguiendo su mano. Afrodita apareció detrás de ella y se agacho a su lado.

-Te traje porque soy tu madre, Leah, aunque tu me odies, nunca lo haré yo.- Confeso la Diosa. Leah se paro de repente logrando que su madre haga lo mismo.

-No te odio! Debería, por tu culpa mi padre está muerto. Por TU maldito orgullo yo no tengo más a mi padre conmigo, crees que no mereces ser odiada?- Exclamó molesta.