Fuck him » Yeongyu

Capítulo cuatro.

El grito que sale de su boca hace que sienta un escozor en su garganta, con la intención de alejar rápidamente a Yeonjun le da una patada, o más bien intenta dársela porque el azabache lo toma del tobillo frenandolo con facilidad.

- ¿¡Qué mierda!? -grita mientras intenta hacer que Yeonjun suelte su tobillo pero él simplemente responde apretandolo con fuerza sacándole un quejido de dolor al pelirrojo-. ¡Saca tu dedo de ahí o voy a romperte la cara, maldito loco! -amenaza, sin entender que claramente es quién está en desventaja en esta situación.

Las palabras que quizás quisieron darle miedo a Yeonjun no le causan ningún efecto, Beomgyu no da miedo y Yeonjun se lo demuestra carcajeandose en su cara. Beomgyu no puede evitar enfurecerse aún más, el alcohol en su sistema hace que sus emociones se sientan más intensas de lo normal.

- ¿No era esto lo que querías? -pregunta con burla mientras finalmente suelta su tobillo, pero solo lo hace para poder abrir mejor las piernas del menor y así con un hábil movimiento posicionarse entre ellas mientras su dedo se mueve en su interior.

Los ojos de Beomgyu se abren más de lo normal y derrepente se siente aterrado, porque claramente nunca pensó en estar en una situación similar y porque esta faceta de Yeonjun le daba miedo, ¿Dónde había quedado el chico retraído que no era capaz de hablar con nadie?

- ¡No, no quería esto!

Intenta empujarlo pero Yeonjun lo toma de los muñecas para inmovilizarlo, Beomgyu forcejea pero para su sorpresa Yeonjun es mucho más fuerte que él.

- A mi me parece que sí lo querías. Tú me sacaste a bailar, tú me trajiste aquí arriba, tú tenías una llave solo para está habitación y tú dejaste ese lubricante ahí. Era bastente obvio.

- ¡No es- ah! -sus palabras son interrumpidas por un gemido adolorido que sale de su garganta cuando Yeonjun introduce otro dedo sin siquiera pedir permiso o avisarle. Arde y duele, Beomgyu no hace más que llorar y forcejar-. ¡Déjame ir, loco de mierda!

Yeonjun está cansado de las quejas de Beomgyu, así que lo besa para callarlo. Profana la boca del chico abajo suyo, muerde sus labios y succiona su lengua, Beomgyu se siente abrumado y le cuesta respirar. El beso en otra situación hubiese sido increíble si no fuera porque tenía dos dedos en el culo.

Beomgyu aún intenta quitárselo de encima pero Yeonjun simplemente lo aplasta con su fuerte cuerpo dejándolo inmovilizado abajo suyo. Los dedos dentro de Beomgyu se mueven y el no puede contener las lágrimas que se deslizan por sus mejillas, es incómodo y doloroso.

Yeonjun se separa cuando Beomgyu parece quedarse sin aire, su mente da vueltas mientras el azabache besa sus mejillas y lame sus lágrimas.

- Ya va a dejar de doler precioso, confía en mí.

Beomgyu no confía en él, cree que es imposible que toda esta incomodidad y dolor desaparezcan así que sigue pidiéndole a Yeonjun que se detenga pero él no le hace caso. Piensa que quizás todo esto es su culpa por en un inicio haber querido utilizar a Yeonjun a su antojo.

Pronto su cuerpo sufre una extraña descarga y se encuentra a sí mismo temblando por esa repentina sensación.

- E-espera -su intento de detenerlo nuevamente es en vano cuando Yeonjun vuelve a tocar aquél botón dentro suyo.

Los segundos pasan mientras Yeonjun parece haber encontrado el punto perfecto para atacar en el interior de Beomgyu, sus manos tiemblan sosteniendo los hombros del mayor y de su boca salen gemidos acompañados de balbuceos, algunos pidiendo que se detenga y otros que lo vuelva a hacer.

Yeonjun agrega otro dedo más y Beomgyu siente que puede ver estrellas, porque si el alcohol intensificaba su enfado lo mismo hace con su excitación. No entiende que le sucede a su cuerpo pero le gusta mucho, cada golpe dado por los dedos de Yeonjun en su interior se comienza a sentir como la gloria y los besos parecen volverse muy necesarios.