𖤐 ₊˚. ❱❱❱ STATE OF GRACE
a spencer reid fanfiction !
. . . 𝒆𝒏 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 grace walsh y spencer reid
no son conscientes de que tienen una
sombra pisando sus talones y que no se
detendrá hasta que gr...
🔎ʾ˖ PRÓLOGO᠉ 𖤐₊ capítulo — ! ⌇ ❛ the history book on the shelf is always repeating itself, just like the song ❜ ▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄
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"solo porque todo es diferente no implica que algo haya cambiado", Irene Peter
BOSTON, MASSACHUSETTS NOVIEMBRE DE 1998
EN LOS PASILLOS DE la biblioteca pública de Boston solo se escuchaban los pasos de una joven rubia que no dejaba de abrazarse a sí misma mientras miraba hacia el suelo. A pesar de ser sus pies los únicos que generaban ruido al igual que su respiración, no podía dejar de sentir una segunda sombra detrás de ella, acechándola como una leona. Trataba de ocultar su rostro, aunque le fuera imposible y se escondía cada cierto tiempo entre estantes llenos de libros, esperando que el olor a papel viejo lograra calmar su mente y que las letras de los poemas de Emily Dickinson fueran un remedio para su alma.
Tac.
Grace giró su rostro con rapidez, haciendo que sus anteojos casi salieran disparados. Los ajustó por el puente de su nariz y cerró lentamente el libro que estaba en sus manos, dejándolo cuidadosamente en el estante y comenzó a caminar. Sus piernas se movían con lentitud, tratando de no llamar la atención mientras subía las solapas de su abrigo y trataba de tapar cómo fuera la mitad de su rostro.
—¿Dónde estás, James? —susurró para sí misma, asomándose cada cierto tiempo desde los pasillos para ver hacia la entrada.
Sus ojos solo divisaban un par de parejas jóvenes que seguramente habían decidido tener una cita "poco convencional" y visitar la biblioteca en vez de salir a comer, una anciana con una niña pequeña, un hombre adulto con un pequeño que era exactamente igual a él y... Nada más. No había ningún rastro de su esposo.
Él le dijo que estaría ahí antes de que pudiera decir "electroencefalografista", y ya había logrado decir más de siete veces la palabra sin enredarse.
Grace intentó respirar hondo y exhalar. Había llamado a James desde un teléfono público hace menos de 20 minutos. Debía estar cerca. Tenía que estar cerca.
Clic.
Ella tembló. Ese ruido había sido exactamente igual al de una cámara y solo dios sabía lo mucho que Grace se estaba acostumbrando a ese tipo de sonidos. Debía ser él, su sombra. A pesar de no ser la mujer religiosa que solía ser (en comparación a su infancia, donde todos los domingos iba a misa), mentalmente comenzó a rezar el famoso padre nuestro, moviéndose por cuidado entre los pasillos. Los enormes e impotentes estantes, incluso en todo su esplendor, no eran capaces de ocultarla del ojo entrenado de la sombra. No importaba cuantas veces se cambiara de lugar, con cuantos libros intentara ocultar su rostro o si se ponía una nariz de payaso y una peluca que la hiciera ver irreconocible, la sombra siempre estaba ahí, clavando sus orbes con intensidad en su persona. La paz ya no era una palabra que existiera en su vocabulario, no mientras existiera él.
