VOTOS MORTALES

LO QUE QUIERO...

YŪJI POV

La semana fue un sube y baja de emociones, muchas preguntas acumuladas en mi mente, casos en los tribunales, y al idiota de Satoru bombardeándome con mensajes. Además, aún no estoy ni cerca de aceptar la propuesta como director de la firma. La verdad, es que solo quiero enfocarme en el mayor caso que tengo ahora, el de la familia Zen'in.

Para rematar, mi cliente echó por la borda mis esfuerzos esta semana, le dije que mintiera un poco, y en su lugar, habló de un h0micidi0 que, si bien está un poco relacionado a este embrollo, no era para nada relevante para este caso. Ahora tengo que pensar como demonios arreglar esto también. Por el momento lo que tenía planeado para la defensa se fue a la mi3rda, pero me las arreglaré, siempre lo hago.

Al llegar a mi edificio, veo a Nobara esperando en la entrada. Está vestida como siempre, la cierto, es que todo se le ve bien. Cuando me ve sonríe. Honestamente, después de toda la mi3rda que he tenido que soportar esta semana en la oficina, no necesito esto, no estoy de humor para esto. ¿Tan difícil es entender que la he estado evitando a propósito?

Nobara intenta abrazarme, pero me aparta con rapidez. Se ve un poco desconcertada por mi reacción y retrocede un par de pasos. - He intentado llamarte toda la semana, tampoco has respondido mis mensajes. - dice un poco molesta. - Soy tu asistente y ni siquiera he podido verte en la oficina. Pensé que te había pasado algo. Deberías ser más considerado con los demás. -

¿Tiene el descaro de decirme esto después de lo que ha hecho?, en serio estoy tan enojado en este momento. Debería darle vergüenza, ¿tan idiota cree que soy?

- ¿Eso crees? - respondo con la misma forzada sonrisa que uso en la corte.

- No me pongas esa esta estúpida cara de señor abogado. Puede que en los tribunales funcione, pero conmigo no, te conozco. - cruza sus brazos frente a su pecho. Y mueve su pie derecho con impaciencia.

- ¿Lo dice en serio? - pregunto. - Me refiero a que, me conoces. - me quito mis lentes de sol y juego con ellos con mi mano izquierda.

- ¿Qué quieres decir con eso? ¿A qué viene esa actitud? - suspira con fuerza y lleva su mano a su cara, luego lleva uno de sus mechones detrás de su oreja sin quitarme los ojos de encima, a la espera de min respuesta.

- Encuentro bastante divertido como puedes estar aquí, fingiendo de esta manera. Eres una maldita descarada. ¿Tomaste clases de actuación para hacerlo tan creíble? - gruño un poco.

- ¿Clases de actuación? ¿De que estas hablando? - su expresión es de completa confusión. Me molesta lo buena que es para mentir, es incluso admirable. - Tantos juicios te quemaron las neuronas, Yūji. - Solo son necesarios unos minutos y una mirada fija sin pestañear para que lo entienda.

- Ya lo se. - Es todo lo que digo. - Lo sé todo. -

- Mira, hablemos de esto, por favor. - Su animo cambia drásticamente, ya no esta sonriendo. Luce bastante seria, desesperada para ser más preciso.

- ¿Ni siquiera vas a negarlo? - pregunto.

- No. Ya lo sabes. Y se que tu solo te basas en los hechos para tomar decisiones, así que intentar negarlo, es perder el tiempo. - suspira resignada. De alguna forma agradezco que no siga mintiéndome, pero sinceramente, ya no puedo confiar en ella.

- Tienes razón. A diferencia de ti, los hechos nunca mienten. -

- Wow. Esta bien. - Levanta ambas manos en señal de derrota. Mira a todos lados rápidamente y luego regresa su vista a mí. - Al menos, déjame explicártelo. ¿Me dejarás hacer eso? -

- ¿No crees que tuviste un sinfín de oportunidades de hacerlo? - le cuestiono con decepción. - Tuviste años, Nobara. - le recrimino. -

- Bien. Tienes razón. Ahora estas enojado, y no te culpo por ello. Pero quiero que sepas que, no importa lo que pase, yo en verdad te considere mi mejor amigo. - su tono de voz es bastante sereno. Mi corazón duele un poco pero jamás he perdonado una traición y, definitivamente, no lo haré ahora.