CELO

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SATORU POV

Suguru guarda silencio. Sabe perfectamente que en este momento la racionalidad no es parte de mis sentidos, se atrevieron a involucrar a Yūji en el proceso y ese agravio es lo peor que los Kamo podrían haber hecho en toda su misera existencia.

- Debí acabar con ellos cuando puse en cintura a los Zen'in. - me levanto de mi silla y voy por una servilleta para limpiar la sangre que brota de mi mano debido a los múltiples cortes ocasionados por los cristales del vaso roto.

Si bien sus alfas son sanguinarios con sus parejas, ellos han sido los más sensatos de los tres clanes en términos de poder. Sabía que en algún punto el equilibrio se rompería, pero no esperaba que sucediera ahora, o al menos no de ellos. Suguru juega con el vaso en sus manos, también está desconcertado por lo sucedido. - Menos mal que estabas ahí... - suspira con pesadez. - Megumi y yo... Lamentamos no haber confiado en ti. - se para y hace una reverencia de 90 grados.

Aunque mi primer impulso es insultarlo, comprendo que mis métodos son los menos ortodoxos y que pueden llegar a ser muy cuestionables pero mi instinto jamás me ha fallado. - Lo dejaré pasar por esta vez... - es todo lo que digo.

El ambiente es mucho más relajado después de esa breve charla. Y solo segundos más tarde de que nos volvamos a sentar, tocan la puerta. Es Megumi.

- Siento interrumpir, pero el médico ya ha terminado de revisar a Yūji... - su cara de preocupación es todo menos reconfortante. - Físicamente está bien, solo algunos cortes sin importancia. No hay nada de que preocuparse al menos por eso, pero... - hace una pausa.

- ¿Pero qué? - cuestiono con rapidez.

- Su celo se ha adelantado por toda la conmoción. - juega nervioso con sus manos. - Y como sabes la mayoría de los que vivimos aquí somo alfas, y aunque Yūji solo busque a un dominante, el resto lo buscará a él. - lleva su mano a su vientre y mira a Suguru.

- Mierda. - suelto un gruñido. - Lo que me faltaba. - masajeo el puente de mi nariz. Si bien me encantaría pasar el celo con él, este no es precisamente el mejor momento, no con una guerra de por medio.

- Si te sirve, Yūji tenía un tipo de protocolo en su apartamento para evitar salir o que alguien entrara durante su celo, puedo pedir que preparen el ala norte, pero puede que este sea su celo más difícil, ya que el lugar esta impregnado con tu aroma y él jamás a estado con nadie en su celo. - Suguru y yo intercambiamos miradas. No es como que podamos movernos de lugar, seria un suicidio hacerlo en este momento.

Obviando todos los contras de la situación, saber que mi adorable princesa jamás ha pasado su celo con alguien es bastante tentador, aunque me obligo a sacar esa idea de mi mente. No puedo darme ese lujo ahora.

- Bien, haz lo que puedas para trasladarlo lo más rápido posible. - le ordeno. - Suguru, saca a todos los alfas de esa zona, ve cuantos guardaespaldas betas hay y mándalos. Nadie entra o sale de esa ala sin que yo lo sepa.

- Entendido. - respondieron el par de idiotas al unísono. Se nota que son una pareja bastante sincronizada.

- Por cierto. - dice Suguru antes de salir. - Ya le he avisado a los Itadori de lo sucedido. Estarán aquí al final de la semana. Sukuna se encuentra cerrando unos negocios en Australia, Choso en el norte de Europa y el abuelo está en Sendai apaciguando la revuelta de las familias menores. - asiento a su informe y sale de la oficina.

Megumi se encargó de acondicionar el espacio para Yūji, hizo que todos se rompieran la espalda una noche entera para que el lugar estuviera en optimas condiciones. Mi adorable princesa se traslado al ala norte del pent-house a la mañana siguiente del atentado. Desafortunadamente, no tuve el placer de verlo antes de eso, era muy arriesgado no solo para él, sino para todos los presentes el que yo pudiese reaccionar a sus feromonas, así que a pesar de tenerlo tan cerca estamos muy lejos.

VOTOS MORTALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora