Pequeña cap - 2

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Pequeña

cap - 2

by:Rossardlay

Ese beso se tornó más apasionado, sus lenguas paladeaban sentían que que la vida por fin hacía justicia al amor de estos rubios. Ya hacían recostados en la cama Albert había perdido la cordura, pues sentía fuego en la sangre, solo esa rubia podía provocar toda esa pasión en él,sus manos si poder evitarlo bajaban hasta la pequeña cintura de la rubia, cuando sintió que la rubia se retorcia pidiendo más, cuando de pronto se escuchó  carraspear una garganta.

En ese momento los rubios se separaron y se levantaron de inmediato tratando de arreglar sus ropas y sus cabellos.

Era George quien los había agarrado en su trance. cuando se escuchó al francés. Disculpen no quise incomodar William te espero en el despacho tengo algo importante que informarte te espero desapareciendo del cuarto.

— pequeña mi amor perdoname por esto, perdí totalmente la cordura acercándose para abrazarla y darle calma.

— mi amor crees que le diga algo a la tía me daría mucha vergüenza, lo dijo con pena y poniéndose de mil colores, pero sabes no me arrepiento de nada lo dijo mirándole a sus bellos ojos.

— mi vida es por eso que me he enamorado de ti como a un loco solo tu me puedes transportar hacer locura besándola con mucha pasión. Bueno te dejo pequeña arréglate para la cena y te miro en un rato te amo.

En el despacho, William acaso tú y Candy ya tiene una relación pregunta intrigado.

— Si George y por favor no le digas nada a tia de lo que viste fue un arrebato pero prometo que no volverá a suceder agachando su rostro.

— Mira William, me da me da gusto que por fin los dos hayan abierto su corazón, pero creo que deben de ir despacio y no me quiero meter y claro que no le diré nada a tu tía. Sólo un consejo, por tanto tiempo has callado lo que sientes por ella   para entablar  una relación larga, mejor pon fecha para la boda, porque creo que si sigues así te comerás el pastel antes de tiempo. Sólo quería informarte que me voy, tu tía me habló que te había mandado unos papeles, lo cual no era cierto, sólo fue una excusa para que vinieras con ella para acá.

Así que aprovechen los días que estarán juntos y disfruten de su amor y relación yo no le diré nada a tu tía, mejor cuando tú vuelvas le das las buenas, así que con tu permiso y nos vemos pronto.

Los rubios cenaron, y luego estuvieron frente la chimenea abrazados y hablando de cómo los dos tenían miedo de expresar su amor mutuo, el rubio la acompañó a la puerta de la recámara de la rubia, pero esta vez solo se despidió en la puerta pues sabía que si entraba no iba a salir esa noche de ahí. 

La rubia esa noche soñó con su adorado rubio, le había gustado sentir esas sensaciones en ella y lo que él le provocaba lo amaba con todo su corazón.

A la mañana siguiente, los rubios se fueron a montar, pararon cerca del lago, la tremenda Candy sin pensarlo se quitó sus ropas quedando en paños menores y se sumergió a nadar.

— El rubio no daba crédito, pero no se quiso quedar atrás e hizo lo mismo que ella, así que los dos empezaron a nadar y a jugar entre ellos, hasta que el rubio se acercó hacia ella para abrazarla, y besarla.

Candy, no desaprovecho el momento, pues era lo que estaba buscando estar otra vez junto a él como el día anterior, pues le había gustado lo que había sentido al estar junto su amado rubio.

Albert sentía que moría por dentro. No iba a poder controlarse con la hermosa y pequeña rubia, lo estaba llevando hacer cosas que jamás se había atrevido hacer, ni en sus más locos sueños.

Al llegar a la mansión cada quien se dirigió a su recamara a tomar una ducha, el rubio decidió llenar su tina 🛀 para poder sumergirse y relajarse, pues lo necesitaba era demasiado, ya recostado y calmado en la tina empezó a tener imágenes de su adorado tormento, como era posible que lo llevara hacer cosas extremas , cuando de pronto sintió que alguien más se sumergía en su tina, tenía sus ojos cerrados, pero eso lo desconcertó que pensó que ya se estaba volviendo loco, pero al abrir sus bellos ojos, se dio cuenta que no era un sueño ni imaginación era su pequeña traviesa totalmente desnuda como dios la trajo al mundo, parecía todo una diosa esas curvas y esos pechos perfectos estaban frente a él, así que solo le extendió su mano para atraerla hacia él, y besarla con devoción, ya no podía parar toda esa atracción y excitación que existía dentro de él, que solo se dijo tendré que anunciar boda en vez de noviazgo...


continuará . . . 

Pequeña Where stories live. Discover now