LIBRO #1 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS"
-Eres mi esposa- él me sostuvo de la muñeca mientras caminaba hacia la puerta. -Nosotros debemos seguir juntos, lo prometiste.-
-¿Desde cuando?- me quede inmóvil -¿Desde cuando soy importante para ti? Cu...
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Kate...
Todo había acabado finalmente y la mejor decisión que pude tomar era alejarme de él, después de escuchar que tener hijos no se encontraba en sus planes, me di cuenta que yo era la equivocada.
Con el paso de los días Sebastián fue entrando en mi sueño de formar una familia con niños, lo incluí haciéndolo parte de cada bello momento que imaginé en mi mente, sin comprender que lo que a mi me parecía encantador.
No era más que una pesadilla para él.
Tenía que irme porque esa ciudad ya me sabía a poco y no me sentía cómoda en ella, quería alejarme y comenzar de nuevo. Mi bebé y yo, como una pequeña familia de dos. De mi parte me encargaría de que no le faltara el amor y compañía tal como mis padres habían sido conmigo.
Iba caminando por el aeropuerto con mi bolso de mano y a mi lado, Jay quien llevaba mis maletas y las suyas. Miraba alrededor como personas se despedían entre lagrimas de sus seres queridos, sabiendo que nadie lloraría por mi, ni tampoco extrañaría mi ausencia.
Pasamos por los controles y solo faltaba esperar a que nos llamaran para subir al avión, mi guardaespaldas me pidió que me sentara y tomara un descanso mientras él iba por algo para que comiera.
El doctor había dicho que estaba bien que viajara en este periodo del embarazo ya que no causaría ningún problema al bebé. Mientras descansaba en el asiento, se me ocurrió tomar mi móvil y revisar las noticias.
En el primer diario que abrí, el gran titular en azul y negro me sorprendió aun mas- El reciente divorciado Sebastián Egorov fue visto saliendo de un bar con su posible nuevo amor"- ni siquiera quise seguir leyendo al respecto. Intente mentirme y decirme a mi misma que él seria diferente, pero no era así. Jamás había sido así. Todo tenia sentido, el divorcio y esa evasión cuando le pregunte donde había estado hasta tan tarde.
Mi celular comenzó a sonar, mostrándome su nombre pero simplemente lo bloquee, mi cabeza dolía un poco pero era algo que podía soportar ya que no quería tomar medicamentos hasta que me los recetara un doctor, decidí cerrar mis ojos esperando que eso ayudara un poco.
A los segundos sentí algo refrescante en mi mejilla por lo que los volví a abrir encontrando a Jay, quien apoyaba la bebida en mi rostro -¿Le duele algo?-
-No- le sonreí.
-Traje agua para que se refrescara y unas galletas-abrió la botella y me la entrego -el vuelo sale en unas horas-
-Okay- bebí y comí un poco. Él se sentó a mi lado y me recosté en su hombro esperando el llamado.
No sabia el tiempo exacto que había pasado pero me despertaron los gritos y el ruido de pasos que se escuchaban desde alguna parte. -Jay- pregunte un poco adormilada.
-No se aleje de mi.- tomo mi mano que descansaba en mi pierna. -No se que esta ocurriendo pero no se aleje de mi Kate-
