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❱❱POV. CEJOꜜ
Estuve investigando sobre algunos sitios donde podría adquirir un nuevo microondas, siempre he preferido comprar las cosas presencialmente que virtualmente así que solo veía el catálogo virtual de algunas tiendas cerca a mi zona. Aunque recuerdo un lugar que me mostró un amigo, Aquino. Exactamente una tienda donde vendían electrodomésticos.
Si bien no soy de hablar mucho con él, recuerdo la vez en la que me diálogo sobre su nuevo trabajo; ubicándose en un local de un centro comercial algo cerca de mi casa.
Aunque nada me podría asegurar que el este hoy atendiendo, puesto a qué el me había comentado acerca del horario irregular que tenía; solo tenía un día de descanso en toda la semana y casi siempre lo cambiaban de horario de forma repentina, nunca se sabía si estaría de madrugada o de noche.
Recuerdo haberle reclamado por lo agotado que se veía la última vez que lo visite, pero me dijo que ya se estaba acostumbrado y que solo lo hacía por la experiencia que podría obtener. Decidí no insistir más esa vez, igualmente no es como si tuviera algún derecho a reclamarle; era su vida y el elige que hacer.
Pero eso no dice que no me preocupe por él; es mi mejor amigo, es normal preocuparme si lo veo trabajar desde las once de la noche hasta las siete de la mañana.
Decido no darle más vueltas al asunto y apago mi ordenador, levantándome de mi silla y me estiró un poco. Iré a apuntar algunas cosas que me falten, debo aprovechar que voy a salir para comprar algunas cosas faltantes en mi casa.
Me dirijo hacia mi cuarto y me pongo a analizar las cosas que estén por acabarse o faltantes, aunque no puedo evitar posar mi vista en mi Swich; la tomo y me siento en uno de los sofás de mi cuarto.
(. . .)
Inconscientemente me pase dos horas jugando videojuegos, hubiera estado más tiempo jugando pero una llamada interrumpió mi partida de Cuphead. Maldigo a cualquiera que me haya llamado, así sea mi padre o cualquier imbécil de Movistar; ¡que esos hijos de puta se metan su línea telefónica por el..!
Tomo mi celular, el cual se encontraba al lado del sofá, y miro el nombre con el cual está identificado, me veía en la obligación de instalarme un identificador de llamadas por lo jodido que es recibir llamadas de spam o de cualquier persona no conocida; aunque ese nombre lo reconocía muy bien.
Era un ex compañero de mi colegio, nunca me cayó bien.
Normalmente no contesto porque solo me llaman para pedir favores, pero no puedo evitar querer contestar.
Aún recuerdo cómo en la escuela únicamente me hablaban para pasarle la tarea o para hacer grupo para los proyectos, pensaba nunca volverlos a ver; pero ahora me hablan para prestarles dinero o algo así.
