Capítulo 2

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La unión de un alfa y omega es sagrada. No pueden separarse o intentar vivir el uno sin el otro, pero cuando son destinados aquella unión es mucho más fuerte, capaz de destruirlo todo.

—Se unieron, son el uno para el otro. El cielo y la tierra para estar juntos para siempre.

Hoseok no recordaba mucho de aquella noche, solo la luz de la luna brillando con fuerza sobre él en medio del bosque. Su brazo dolía a horrores mientras sentía aún la tibia sangre recorre su piel. Asustado miro a su alrededor viendo a sus padres y a un grupo de sujetos cubiertos completamente de negro mientras el fuego lo rodeaba no solo a él medio de todo, sino también a Jungkook.

—Jungkookie...

Su voz era apenas un suspiro. Dolía, todo su cuerpo dolía. Veía con horror como el brazo de Jungkook sangraba al igual que el suyo, pero la diferencia es que el pequeño de cabellos negros simplemente no reaccionaba.

—Cariño. No tengas miedo —decia su madre finalmente junto a él—. Ahora todo estará bien. Tu mi pequeño, lo lograste, sobreviviras.

** **

—Moriras.

La medicina para lazos rotos existía. Muchas personas que se divorciaban terminaban usándola. A veces eran accidentes, engaños o simples hechos desafortunados. ¿Pero qué procedía cuando la razón de su mal no era una marca rota, sino el rechazo de su destinado?

Cuando los doctores lo vieron palido y anemico no daban razón. Todo lanzaba a una respuesta fuera de lo científico, aunque su existencia tampoco lo era. Pero una cosa eran los destinados y otra las marcas y los lazos.

Una pareja destinada podría encontrarse demaciado tarde, cuando ambos o solo uno te tenga pareja, aún así aquello no causaría dolor, más que una sensación de vacío que se curará con el tiempo.

Lo que le sucedía a Hoseok era diferente. Lo estaba matando.

—¿Morir? —su mejor amigo no podía siquiera terminar te hablar. Sus voz temblaba mientras su mano sujetaba la de Hoseok con mucha fuerza—. No... él... No puede...

—Lamento que sea así. Pero ya intentamos todo. El mejor resultado que obtuvimos fue la medicina para lazos, pero eso sólo le dará meses, quisa un año.

—¡No!

—Jimin... —dijo Hoseok, tratando que su alterado compañero no se arrojará sobre el doctor.

—¡No puedes resignarte a esto! —le dijo mirándolo con ojos rojos. Inclinándose un poco hasta la altura de la cama. Sus manos eran cálidas, pero su rostro reflejaba miedo—. Nam... —miro al doctor, esperando que él le dijera que había algo, algo que pudieran hacer para salvarlo—. No podemos dejar que muera. debe haber algo. Cualquier cosa.

—Es posible una oportunidad si un alfa lo marca.

Namjoon, su médico. Aquel que lo recibió aquella noche en medio de la lluvia hace solo dos días. Aquel que no lo dejo ni un solo momento mientras todos decían que su fin ya llegó. Ahora él estaba ahí diciendo que su esperanza estaba en otro alfa.

—El lobo de Hoseok está muriendo —continuo explicándo Nam, esta vez mirando a Hoseok—. Ya no hay una razón por la cual deba de seguir. Si el lobo muere el humano también lo hará. Pero... si le damos una razón, un alfa que lo ate, puede que podamos salvarte.

Hoseok suspiro, pensando en la muerte y el miedo que le tenía. Sus amigos esperaban que respondiera, pero en ese momento el techo color crema y el tapizado de su habitación eran más interesantes.

Un alfa.

¿Siquiera había un alfa?

—Te marcare.

Rechazo [Vhope/Junghope]Where stories live. Discover now