Sus ojos verdes miraban la limusina alejarse cada vez más de él, la veía con monotonía mientras el Sol se escondía.
- (No sé si sea el mejor compañero) - Pensó Midoriya mirando la palma de su mano derecha, un recuerdo había invadido su mente y ese era el cadáver ensangrentado de su compañero Iida Tenya.
- ¿Estás bien? - Le preguntó Shinso al peliverde el cuál se volteó para verlo.
- Si... Estoy bien - Respondió Izuku mirando a los ojos morados de su amigo.
- Bien, ¿Yaoyorozu se fue ya? - Le preguntó nuevamente a su compañero.
- Si, hace poco la vinieron a buscar - Contestó el ojiverde dándose la vuelta para empezar a caminar siendo seguido por su compañero pelimorado.
Caminaron en silencio mientras la luz del sol invadía sus cuerpos y los iluminaba, Shinso podía notar al pecoso serio y callado, pensaba que era por lo acontecido en sus pasantías, ¿Podía juzgar al peliverde por seguir sintiéndose culpable por la muerte de Iida? Posiblemente no, ya que Hitoshi se sentiría igual si estuviera en su misma situación.
Por eso mismo no le recriminó nada a Izuku, porque no debía y solo iba a estresarlo más.
- Nos vemos - Dijo Izuku caminando hacia su hogar siendo observado por Shinso.
- Si... Nos vemos - Dijo el pelimorado en voz baja mientras veía a su amigo caminar lentamente.
Este sacó las llaves y abrió la puerta de su casa, una vez dentro, cerró la puerta y se sacó las zapatillas, a los pocos segundos de hacer esas acciones, sintió unos pasos que se hacían más bulliciosos con el pasar de los segundos.
- ¡Hijo! - Decía Inko abrazando al peliverde el cuál correspondió el abrazo - ¿Te encuentras bien? - Se separó un poco y analizó a su hijo buscando algún tipo de herida en su cuerpo.
- Si mamá, estoy bien - Dijo Izuku que se alejó de su madre - Voy a mi cuarto.
- ¿No quieres cenar? - Le preguntó deteniendo su paso.
- No tengo hambre - Dicho esto, abrió la puerta y la cerró, tiró su mochila a un lado y se desató esa cola de caballo que Momo le había hecho, dejó el coletero en su escritorio y se tiró a la cama.
Francamente, se sentía cansado, tenía muchas cosas en la cabeza y lo único que quería hacer era descansar su mente, muchas cosas habían pasado y quería dormir, quería escapar de esa jaula de pensamientos en la cual estaba aprisionado y sentirse libre.
Cerró los ojos sintiendo como los párpados le pesaban bastante, no le hizo falta ni siquiera una posición en la cual dormir bien, se le notaba cansado, tanto en su forma de hablar como en la cual andaba o en como miraba a las demás personas.
Se le veía desganado y con pocas fuerzas de querer mantenerse despierto.
Afortunadamente cayó dormido muy rápido.
- De alguna manera me gustó tocar su rostro - Decía Momo en su cuarto mientras se miraba ambas palmas de sus manos, las acercó a su nariz y las olió, ese olor del cabello de Midoriya le invadieron las fosas nasales, en respuesta soltó un suspiro con algo de profundidad - (Todavía huele a él, me gusta este olor).
Pensaba la azabache mientras se tiraba a la cama, miró el techo de su habitación con una sonrisa en su rostro y soltó otro suspiro.
- (No sé cómo sería yo sin su ayuda, le debo demasiado, espero que de alguna manera pueda pagarle toda su amabilidad) - Pensó Momo cerrando los ojos sin dejar de sonreír, sin notarlo, Izuku generaba sonrisas en ella al igual que una pequeña alegría que residía en su corazón.
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¿Más que indiferencia?
FanfictionYaoyorozu Momo es una chica que nació con todo, riqueza, fama y un increíble Don que le podría asegurar su futuro y sueño como heroína profesional. Pero gracias a la envidia de la gente a su alrededor se convirtió temporalmente en una de las persona...