Sólo Uno

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Luego de la charla que tuvo con Caruso, Matías pasó el resto de los días un tanto deprimido, aunque intentó llevarla, por más de que no quisiese, debía obligarse a sacar al mayor de su cabeza y de su corazón. Debía mentalizarse de que nunca podría existir una relación entre ellos dos.

Igualmente, Matías no tuvo que esforzarse solo, ya que sus amigos ayudaron a animarlo, y con amigos no se refería solamente a Juani, ya que luego Blas y Francisco comenzaron a participar más con respecto a las salidas y todo lo relacionado a él.

Era el último día hábil de la semana, y justamente ese mismo día a la tarde el trío de amigos cayó en la casa de Recalt para tomar unos mates. En realidad Matías había acordado solamente con Juani, por lo que se llevo una sorpresa cuando este vino acompañado de Romero y Polidori.

"Permisooo." Una vez el chico abrió la puerta principal recibió un beso en la mejilla de parte de Romero y este pasó con absoluta confianza. Luego Blas se agachó levemente para abrazarlo y pasar, cuando estuvo frente a Caruso, Matías le miró desentendido y el mayor no hizo más que alzar los hombros.

"No los esperaba acá, chicos." Habló Recalt acomodándose en uno de los sillones del living junto al resto.

"Fue todo improvisado." Aclaró Polidori.

"Si, yo justo estaba en llamada con él y se me ocurrió añadir a Juani, pero me cortó porque dijo que iba para tu casa." Francisco acomodó las masitas y las facturas que había traído para compartir sobre la mesa que tenían entre medio.

"Ahh, ya veo."

"Nos re colamos, perdón."

"No, no, tranqui." Recalt rió para que el rubio no se preocupase.
"Es más, hace un par de semanas que no los veo."

"Mal amigo, estás re cambiandooo." Chilló con emoción y el resto rió.

El grupo de compañeros se sentó a platicar y a pasar el rato, pero llegó un momento que las ganas de boludear surgieron como si fueran unos adolescentes. Matías recordó tenía la play en su cuarto por lo que fue a buscarla para jugar con alguno de los chicos. Francisco no era de jugar por lo que prefirió ver, y Juani no era tan dado con los juegos así que sólo jugó para probar para luego terminar dejando a Recalt y a Polidori viciar por un largo rato.

"Ay son re vicios, boludo." Reprochó el ruloso y Romero le dió la razón.

"Sii, hagamos otra cosa, hablemos de algo." Subió los pies descalzos al sillón sentándose sobre estos, seguido a tomar uno de los almohadones y colocarlo sobre sus piernas.

Matías pausó el juego recibiendo una queja de Blas.

"Ey."

"Vamos a hacer otra cosa, dale."

"Lo apagás porque sos cagón, estaba a punto de ganarte." Alardeó y Matías alzó las dos manos.

"¿Qué te pasa, wacho?" Simuló molestarse tirando unos manotazos al aire los cuales el chico más alto esquivó, ambos carcajearon y se sentaron junto al resto.

"Y bueno, ¿de qué podemos hablar?" Indagó seguido a un bostezo.

"Y no sé, nosotros ya nos sabemos todo, contá de vos Mati, sos el que menos se abre al grupo." Matías miró en dirección a la par.

"No sé qué te puedo contar, estoy re en otra últimamente." Ambos chicos, Blas y Francisco cuestionaron con un 'por qué'.

"No es importante." Respondió cabizbajo.

"¿Estás mal con Enzo?" La voz de Francisco sonó suave pero sus palabras le erizaron la piel. Matías quién tenía su mirar entrecerrado y en el piso, alzó en alto el mentón abriendo ampliamente los ojos cuando lo escuchó.

TensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora