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—Es que mi hermanita si me cuenta todo —hablo mirándome. —Y me dijo que a veces va al panteón —dijo Regina y solté un suspiro de alivio. —Y está tiste y se va a su cuarto
—Si,si eso es verdad —dijo Julieta. —Pero pronto desconfían de nosotras,es el colmo
—Si, Julieta tiene razón,que feos son —hable “ofendida”.
—¿Y porque vas tan seguido mija? —alce mis hombros negando. —¿Lo extrañas bastante no? —asenti.
—Siempre papá,sabes que aún no he podido recuperarme al cien por ciento de eso,ya lo sabes.
De nuevo al recordarlo sentí un poco de nostalgia,hablar de el,o pensarlo era algo que siempre me iba doler,siempre.
—Ay mija yo sé —hablo mi papá acercándose a abrazarme. — Perdoname por pensar mal de ti mi niña
—Menos mal es eso y no otra cosa —dijo Archivaldo.
—Bueno ahora ya nos iremos a descansar —dije y asintieron. —¿Vamos Regis? te quiero enseñar algo —le dije y rápido asintió.
Fuimos las tres a la recámara y una vez ahí le mostré a Regina las fotos de la ecografía que me habían dado.
—Mira..otras fotos del bebé —hable mostrándoselas.
—Ay... no tene forma de bebé —dijo y yo y Julieta reímos.
—Si, mira aquí está su cabecita, aquí su carita y se le ve la naricita y una parte de su cuerpo
—Ay si,su carita —hablo con mucha emoción. —¿Ya sabes que es?
—No, aún no,no se dejó ver Regis todavía no se...haber si la próxima vez se puede ¿quieres que te lleve la próxima vez a la cita?
—Siiii llévame —dijo con emoción.
—Bueno,yo te llevo,lo prometo ¿Ok? —asintio.
—Ay Regina pensé que le ibas a decir a Archivaldo y a papá la verdad sobre el bebé —dijo Julieta mirándola.
—No,eso es secreto —dijo muy seria.
—Gracias por guardarme el secreto mi amor —le dije y me sonrío.
—Haber tu pancita —se me quedo mirando.
Abrí un poquito los botones de mi vestido y ella beso mi vientre mientras lo acariciaba.
—Hola bebé —dijo tiernamente y yo sonreí.
Sin duda Regina había sido de mucha ayuda estos meses con el apoyo y el cariño que le daba a mi bebé y a mi.
De pronto tocaron la puerta y yo rápidamente me cubrí mientras me sentaba,para que no se me viera el vientre y también guarde las fotos en mi bolsa.
—No vayas a decir nada —le dije a Regina y ella asíntio.
