Capítulo XII

354 59 23
                                    

Hola a todos! Acá un nuevo cap, no olviden comentar y votar.

Besos y abrazos

Las aguas del Mar Angosto se tiñeron de  rojo por la sangre derramada en la batalla que se estaba desarrollando, el aire olía a pólvora por la potencia de los cañones y tanto aliados como enemigos caían en esa batalla.

 En el corazón de este vasto océano, la flota pirata, encabezada por Daemon y Rhaenyra, se enfrentaban  a las fuerzas enemigas en una batalla que decidiría el destino del reino.

Los barcos piratas, con sus velas negras ondeando al viento, formaban una línea imponente en el mar, cada uno tripulado por valientes marineros que peleaban espalda con espalda con sus capitanes, todos protegiéndose entre todos.

Harwin y Laena peleaban juntos, mientras que Laenor había saltado hasta el barco de Rhaenyra para pelear junto a ellos.

 En el centro de la formación, el navío de Daemon y Rhaenyra, con su bandera pirata ondeando con orgullo, destacaba como un faro de esperanza para aquellos que habían sido marginados y olvidados por el reino y que ahora daban sus vidas con honor y valentía. 

Las flotas enemigas, eran barcos imponentes, con cascos de acero y tripulaciones entrenadas para la guerra. La mayoría de aquellos barcos era de la triarquía y de Dorne, pero frente a ellos, los piratas no retrocedían.

Tampoco lo hicieron la flota de los Velaryon y la maltratada flota real, lucharían y esta vez no habría una retirada.

El sonido del metal chocando resonaba en el aire mientras los barcos se encontraban uno contra otro , los cañones disparando sus mortíferos proyectiles y las flechas ardiendo cruzando el cielo. El mar se convirtió en un campo de batalla tumultuoso, con barcos chocando unos contra otros en un frenesí de acción y caos.

En la cubierta de su navío, Rhaneyra había saltado hacia Caraxes y ahora ella y Daemon  luchaban codo a codo, sus espadas brillando en la luz del sol mientras se abrían paso a través de las filas enemigas. Cada golpe era preciso, cada movimiento calculado, mientras luchaban con la ferocidad de los dragones que eran el emblema de su casa a pesar de que la bandera pirata ondeaba sobre ellos.

Mientras tanto, en los barcos enemigos , los soldados luchaban con valentía, defendiendo con fiereza su posición y lanzándose al abordaje de los barcos piratas con un coraje que no conocía límites. La sangre se derramaba sobre la cubierta de los barcos, mezclándose con la sal del mar en una danza macabra de vida y muerte.

En medio de la batalla, el rey Baelon y su esposa Alyssa observaban y luchaban desde la cubierta de su navío, sus corazones llenos de preocupación y orgullo por su hijo y su nieta. A su lado, Viserys miraba con asombro la ferocidad con la que los piratas luchaban, sintiendo una mezcla de admiración y temor por aquellos que habían venido en su ayuda.

Daemon había venido en ayuda del reino, solo él era capaz de ofrecer esperanza a un reino que se había rendido en un momento, él siempre lo supo, solo Daemon podría salvar al reino y lo había hecho, pero no había regresado solo, había regresado con Rhaenyra y ahora ellos, de alguna manera que aún no comprendía, lideraban a esos cientos de piratas que luchaban por el reino.

La batalla rugía en el mar, con el sonido de los cañones retumbando como truenos y los gritos de los combatientes resonando como un eco en las olas. Pero a pesar de la furia de la lucha, los piratas no retrocedían, resistiendo con una determinación férrea y una valentía inquebrantable.

Finalmente, cuando el sol alcanzaba su punto más alto en el cielo y las sombras comenzaban a alargarse sobre el mar, la batalla llegó a su clímax. Con un grito de triunfo, los piratas se lanzaron al último asalto, empujando a las fuerzas enemigas hacia la derrota inevitable.

Buscándolo en el mar del ocasoWhere stories live. Discover now