Treinta y tres

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Aún días después no podía sacarse de la cabeza el rostro triste y preocupado del omega.

—Tardaste demasiado. —se quejó uno de los hombres.

Hyunjin arqueó su ceja y lo miró fijo. —¿Tú crees? —infirió de manera irónico provocando que el hombre perdiera el color en su rostro. Minho interrumpió la interacción, evitando cualquier posible conflicto.

—Bien, ya que estamos todos... Señor Hammer puede empezar.

En todo el tiempo en que aquella reunión se desarrolló, solo había tenido un pensamiento rondando su mente. Jeongin. No quería esta vida para ellos.

No quería que el omega tuviera que vivir preocupado. Quería que Jeongin siempre fuera feliz y siempre estuviera a salvo. Pero a su lado no sería posible.

—Jefe. —llamo Minho ante su silencio.

Tomó de su bebida y asintió. —Bien, tenemos un trato. —le respondió al hombre extranjero que esperaba atento, este sonrió y se levantó de su asiento tendiéndole la mano.

—Siempre son buenos negocios a su lado, señor Hwang.

Días después cuando todo estuvo hablado y estando con Minho en aquella misma oficina, pudo tomar una decisión.

—Haremos este último trabajo para Hammer y terminamos la unión con ellos.

Minho lo miró incrédulo. —¿Escuché bien? —preguntó. Hyunjin no lo repitió, solo continuó firmando los documentos necesarios. —Hyunjin.

Levantó la mirada de la mesa encontrándose con el alfa frunciendo el ceño. —Lo hiciste. Escuchaste bien.

—¿Paso algo con Hammer que yo no sepa? —Negó. —¿Entonces? Es un excelente negocio, no son problemáticos y las ganancias son casi todas nuestras. —repitió como si el alfa ya no lo supiera. Minho lo miraba como si hubiera perdido la cabeza.

Se mantuvo firme con su decisión, observó la foto de Jeongin en su teléfono. No tenía ninguna duda al respecto.

—¿Qué piensas de retirarnos del negocio? —dijo ignorando la pregunta en si y levantándose para acercarse a la ventana, desde ese lugar podía ver a Jeongin en el invernadero vistiendo un overol desgastado y cortando la maleza de sus cultivos.

Minho no respondió de inmediato pero Hyunjin sabía que continuaba ahí cuando lo escuchó desplomarse en uno de los sillones.

—¿Lo dices en serio?

—Si. —respondió sin pensárselo. Aún no apartaba la mirada del omega, no podía. Le impresionaba lo precioso que era, aún hoy despertando cada día a su lado no podía dejar de asombrarse. —Es un trabajo agotador, ¿No lo crees? Hay muchas cosas más que quiero hacer y estoy seguro que tú también, Jisung... de hecho, sería el más feliz en todo esto. —añadió.

Minho se mantuvo pensativo. Era cierto... Jisung y él podrían tener una vida tranquilos como tanto lo deseaba él omega, alejados de todos y viviendo en su propia burbuja con hijos. Le hacía ilusión el poder disfrutar del embarazado del omega sin más preocupaciones en la cabeza. El dinero no sería un problema nunca. Tenían negocios rentables. Negocios sin trampa. Pero aún así, no era fácil salir de esta vida. Incluso podría decirse que era imposible. Tendrían pendientes que saldar antes y muchos enemigos nuevos. Una vez dentro no puedes irte. A la gente no le gusta eso. Implica mucho. Así que sabe que no será algo fácil de lograr. Tendrán que deshacerse de todos aquellos que no estén de acuerdo sobre su jubilación.

Se levantó y dirigió a la ventana donde su jefe continuaba viendo. No fue una sorpresa ver al omega castaño. —¿El te lo pidió? —preguntó solo para comprobar sus sospechas.

Hyunjin sonrió sabiendo lo escéptico que era su socio.

—No. Nunca haría algo así, aunque lo odie no me lo diría. —la devoción y amor en su voz fueron tan evidentes que el alfa mayor tuvo que detenerse a pensar un segundo.

—Lo haces por ti mismo. No lo quieres en este mundo. —concluyó sin salir de su asombro.

—Quiero evitarle todo el sufrimiento del mundo.

—Pero es imposible, lo sabes. Jeongin ya fue presentado ante todos como tu omega. Ya está en el radar. Tú ya estás en el radar. Es imposible salir de él.

—Entonces haré que sea posible. —aseguró antes de apartar la mirada del omega. Hyunjin se giró a observarlo de manera cautelosa. —¿Cuento contigo?

Era imposible y no podría salir bien de ninguna manera pero de alguna forma, Minho también quería aferrarse a la mínima posibilidad de poder darle la vida que siempre había querido a Sunggie.

Asintió. —Sabes que si.

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En un rato, subo otros capítulos💖

there are no words that describe the perfection | hyunin Where stories live. Discover now