CAPITULO II: La vida de nadie es fácil

0 0 0
                                    

Siempre estamos luchando por pertenecer a un lugar, por fingir demencia cuando nuestros seres queridos no hieren, pero ¿Qué sucede cuando nosotros cometemos un error, pero somos siempre señalados por ello? Siempre somos sometidos por ese error que sucedió y que nadie deja pasar.

Con todas las cosas que han sucedido recientemente no he evitado pensar que mi error cómo ser humano, tal vez fue nacer. Aferrarme a la vida cuando en primera instancia estuve a punto de morir ahogada a los dos años, en la bañera a oscuras en la que me castigaron. Tal vez mi primer segundo error fue aferrarme a mi vida cuando a la corta edad de ocho años casi muero asfixiada a causa de mi asma y mi primer ataque de pánico. Probablemente también me equivoqué de decisión cuando me ofrecieron una operación para reemplazar mis aparatos de medicamento por un nuevo pulmón que día a día se va deteriorando más. Pero del error del cual estoy más segura que nunca, es el primero. Me aferre a una vida que no iba a vivir a mi manera, una vida que quizá desde el día uno no era mía.

¿Qué tanto daño tiene que recibir una persona para desear morir todo el tiempo? Desearía volver el tiempo atrás, como un boomerang, aunque sea solo por un momento, me gustaría ser capaz de volver en el tiempo y estar sentada en la sala de mi casa, jugando monopolio con Richie en las tardes y escapar de Amelia para ir a la tienda a comer un dulce o comprar un refresco. Salir al parque de vez en cuando a correr y sentir la brisa fresca de las mañanas, cualquier cosa, daría cualquier cosa por que todo volviera a ser como antes, antes de la verdad.

Siempre perdonamos, o al menos decimos que lo hacemos, pero a la primera oportunidad que tenemos, lo decimos, lo reprochamos en una clara muestra de que no lo hicimos, de que nunca perdonamos o de que quizá es que ni siquiera sabemos hacerlo. No perdonamos a veces porque no queremos hacerlo, o a veces es que solo lo decimos para que la otra persona se sienta mejor, en el momento, pero cuando tenemos oportunidad, nos protegemos y atacamos en espera de una nueva cosa para no perdonar o terminamos siendo quienes necesitan el perdón de aquellas personas. La vida gira, te arrastra, te patea y después de tiende la mano en una clara muestra de que la culera no es ella, pero dime, si la vida no es culera ¿Por qué estas llorando? Si la vida no es culera contigo, ¿Por qué siempre te tiende una nueva trampa para que le creas y así todo vuelva a estar a su favor?

Justamente ahora, no se en que punto me encuentro, pero si la vida no es culera, ¿Por qué no tengo un lugar a donde llegar? ¿una casa en la cual me esperen preocupados? ¿o simplemente un abrazo cuando lo necesito?

Detengo mi caminar justo en la esquina de una cafetería y es cuando noto que, en realidad, ni siquiera se en dónde estoy parada, de verdad no lo se. Desde que salí de casa de Amelia, no me detuve, estuve tanto tiempo sumergida en mis pensamientos, que he llegado a la conclusión de que camine durante mucho tiempo, ya es de noche y solo algunos locales siguen abiertos para la hora que es, aunque bueno, no se tampoco que hora es. Imagino que cerca de las 21:00 horas o 22:00 quizá.

El aire afuera es fresco, aunque se sigue sintiendo un poco el calor de la ciudad en la que vivo. Los Ángeles, en California, de noche es precioso, aunque recientemente ha habido algunas tormentas debido al cambio climático, hoy fue una excepción. El cielo esta muy despejado e incluso puedo ver la media luna y unas cuantas estrellas a su alrededor; al menos su vida no es igual de solitaria que la mía, pienso, pero sigo caminando, solo que esta vez a paso mas corto y tranquilo. Es fin de semana así que la mayoría de la gente debe estar en el centro de la ciudad, y dado la casa de Amelia ya era lo suficientemente alejado de la ciudad, supongo que solo conseguí alejarme un poco más. Reviso las bolsas de mi sudadera y encuentro apenas un billete que si acaso me alcanza para un café o algo así.

Debería estar consiguiendo un empleo desde ya.

Me dispongo a acercarme a la cafetería mas cercana, soy buena caminando, quizá pueda caminar por los alrededores en la noche y mañana por la mañana buscar un empleo cerca de aquí. No se que tanto me aleje de la que solía ser mi casa, sin embargo, tengo que buscar mantenerme por mis propios méritos, mientras menos pueda tener que ir a pedir volver o que me vuelvan a tratar como antes fue, estaré mejor, además de que bueno, no es como que sepa como volver o tampoco que quiera tener que buscarlos, solo por miedo a no saber lo que hago.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 21 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

UNILATERAL ©Where stories live. Discover now