CAPÍTULO 3

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—¡Vamos Lute!— la llamo.

Habían decidido ir a la playa ese día y porsupuesto no podían faltar los amiguitos de Emily; según Lute unas inservibles almas humanas que merecían estar en primera fila para el siguiente exterminio.

—Emi vamos por helados— dijo Gio. La serafín la siguió.

Lute, Tom y Andy se quedaron solos, la exorcista debía admitir que podía soportar la presencia del pelirrojo y dehecho era al que menos deseaba exterminar, pero Andy era ... una cuestión un tanto diferente.

Lute definitivamente deseaba matarlo, se había planteado la idea de empujarlo al infierno y hacer que la cabeza del rubio se hiciera amiga de su espada; luego decirle a Emily que esta desaparecido y que nunca lo volverían a ver. Pero parece que esas ideas se quedarán solo en su cabeza, porque cuando quizo intentarlo Agatha la detuvo (muchas veces).

—Hey Lu, vamos a montar el asado— dijo Tom. El sujeto tenía vibras de buena onda y la exorcista deseaba matarlo cada vez menos.

—Iré por las cervezas y los malvaviscos— aviso Andy. No parece haber entendido el problema que traían las bebidas que no estaban registradas.

Aun así Lute se limitó a ayudar al tipo buena onda que era Tom; si, ella ya se había disculpado con el por haberlo tirado hacia el equipo de sonido, el chico acepto sus disculpas y le dijo (en palabras de el) que "no pasaba nada".

—Pasame el aceite, debemos empezar a freír estas chuletas— indicó. Lute busco  entre las cosas que habían traído y encontró una botella algo pequeña de aceite.

—Es algo pequeña.

—Nah, si sirve ... si sirve, además tenemos más en el auto.

La exorcista se encogió de hombros y ayudo al chico con la carne, un olor agradable comenzó a brotar de la carne recién puesta sobre la parrilla; Tom sonrió y comenzó a freír más, sacó dos latas de soda de la hielera y le dio una a Lute.

—¡¡Woow!! ¡trajimos los helados!— gritó Gio quien tenía dos paletas en la mano, le dio una a Tom y la otra se la quedó ella.

—Ten, no sabía que sabor podría gustarte así que escogí el que más me gustaba a mí— Emily acercó una paleta de vainilla a la cara de Lute.

—Oh, no te preocupes ... cualquier cosa esta bien— sonrió, la serafín se sentó a su lado y apoyo su cabeza en el hombro de Lute.

—¡Chicos! ¡no encontré las cervezas!— Andy se quejo. Llegó y se sentó al lado de Emily.

—Bruto, están aquí— Gio apunto a la hielera. Andy rápidamente volvió a sonreír, se acercó y sacó una botella.

—Hey Em ¿no quieres?— acercó la botella a Emily. Lute le dedicó una mirada asesina, pero Andy parece no haberla notado.

—No, luego de la última vez ... creo que paso— rechazo. Lute sonrió al ver la cara de decepción que puso.

—Y tu ¿no quieres?— esta vez le ofreció a Lute, ella se quedó mirando la botella, miró a los chicos que la veían expectantes y luego vio a Emily quién tenía un particular brillo en sus ojos.

—Acepto— le quitó la botella y la destapó con un solo dedo.

Probo el sabor, era agrio y terminaba por volverse casi dulce al final; no sabía tan mal. Lo tomó todo de un solo bocado; Gio y Tom aplaudieron, soltaron algunos silbidos e hicieron una barra hacia Lute.

Andy parecía haberlo tomado como un reto, sacó otras dos botellas, las destapó y comenzó a beberlas de golpe. Lute no caería en algo tan bajo, ella era una exorcista, alguien que tenia un autocontrol sumamente bueno. Pero Emily sacó tres botellas más y se las dio.

—Vamos no te quedes atrás, Andy te reto— dijo Tom. Lute las destapó y las bebió una por una hasta que quedaron secas.

El rubio saco latas y botellas, comenzó  a beberlas luego se quedó parado sobre un pie. Tom sonrió, le dio a Lute una botella de Vodka; ella la destapó y la bebió con total tranquilidad, se paró de manos. Emily sonrió y le aplaudió.

Luego del pequeño concurso, todos decidieron comenzar a comer la carne asada; Tom hacia algunas bromas que terminaban por causar gracia, la noche llegó y era momento de ir a dormir. Quedaron de acuerdo en que hirian a un hotel y mañana por la mañana volverían a casa.

Andy era arrastrado a su habitación, el chico había terminado ebrio luego de haber tomado una cantidad preocupante de alcohol, por parte de Lute no le había afectado tanto, pero de todas maneras estaba algo mareada.

—Vamos, tu habitación está por aquí— dijo Emily mientras llevaba a Lute al cuarto que le había sido asignado.

Llegaron a la cama de la habitación, dejó a la exorcista recostada y fue a cerrar la puerta. Emily suspiro, nunca imagino que Lute fuera tan pesada, la exorcista ya estaba dormida cuando ella volvió para cubrirla con las frazadas de la cama.

La serafín decidió usar un poco de sus poderes para dejar a Lute bien acurrucada en la cama, se acercó a ella para darle un besito de buenas noches (como Sera lo había echo con ella antes), se inclino y vio el rostro tan pacífico que la exorcista poseía; sonrió y dejó el beso en la frente.

Lo que no imaginaba era que Lute la tomaría de la mano y la arrastraria dentro de la cama.

—Quedate— la voz adormilada de Lute lleno los oídos de Emily.

La serafín en lugar de separarse pego su cabeza al pecho de Lute, escuchó los suaves latidos y se quedó dormida.

》▪︎☆▪︎《

A la mañana siguiente Lute se despertó con un poco de incomodidad, sentía un peso extra sobre su pecho y un dolor agudo de cabeza. Su respiración era calmada, no deseaba arruinar su mañana con cosas tan superficiales como esta.

—Buenos días Lute— la tierna voz de Emily le hizo abrir los ojos de sobremanera.

La serafín tenía el cabello algo desordenado, pero a pesar de todo ella se veía realmente bonita.

Lute imagino por un momento que se sentiría despertar todos los días con Emily; técnicamente sería estar en el cielo ... pero en un nivel superior.

—Buenos dias— se limitó a contestar. Emily le sonrió y salió de la cama

Lute se quedó viéndola, la chica ordenaba su cabello mientras tarareaba alguna canción; el sonido de la puerta la distrajo, de inmediato salió de la cama y se dirigió a abrirla.

—Buenos días Lu— saludo la pelinegra; debía admitir que Gio era la segunda persona que menos quería matar.

—Hola.

Gio se asomo un poco, vio a Emily en la habitación; la serafín acomodaba su ropa y buscaba sus zapatos con la mirada, parecía no tomarle importancia a lo que pasaba en la puerta.

—Así que ... ustedes ... tuvieron una noche interesante— sonrió con pícardia.

Lute se sonrojó, sus alas se desplegaron y Gio no paraba de sonreírle como si ya supiera lo que hubiera pasado. Para su suerte Emily también se había asomado por la puerta, la serafín hablaba emocionada con su amiga quien hacía algunos comentarios con doble sentido que por suerte Emily no entendía.

—Vamos a desayunar Lute— Emily la tomó del brazo y la llevó con ellas.

Lute estaba tan distraída que la conversación que tenían ambas chicas nisiquiera podía escucharla; estaba tan enredada en sus pensamientos que no noto cuando Gio se despidió un rato de ellas.

—¿Pasa algo? Te veo muy distraída, eso no es normal viniendo de ti— habló la serafín.

Lute estaba tan metida en sus pensamientos que no pensó adecuadamente la respuesta que debía darle a Emily.

—¿Cómo se siente besar?

La serafín se sonrojo y miró a Lute que la miraba con cierta intensidad, pero eso no le incomodaba, el pecho de Emily comenzó latir fuertemente y sintió una calidez inexplicable. La exorcista la hizo sentir diferente, quizá a esto se refería cuando dijo que es mejor solo esperar.

-OH, MY DARLING ... IM NOT A BOY-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora