Capitulo 3:

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La Maestra presenta al nuevo chico, aquel que una vez me salvó la vida. Se llama Jian Wu y, según lo que he oído, era un estudiante estrella en su antigua escuela.

Al entrar al aula, todos los ojos se posan en él. Puedo sentir la expectación en el aire, y también una pizca de nerviosismo.

Después de todo, tendré varias rivales ahora.

La clase finalmente termina, y decido acercarme a Jian Wu. Le sonrío, pero él me ignora por completo.

—Hola, soy Mei Ling. No sé si me recuerdas —le digo mientras extiendo mi mano hacia él.

Pero en lugar de estrecharla, se levanta de su asiento y me mira con frialdad.

—En realidad, quería agradecerte por haberme salvado la otra vez —le digo, tratando de romper el hielo.

—No me hagas perder mi tiempo —responde Jian Wu cortantemente.

Jian Wu se levanta de su asiento, listo para marcharse.

Intento nuevamente, esta vez invitándolo a ir al cibercafé cercano.

¿Te gustaría ir a un cibercafé después de clases? Está justo en la esquina de la escuela.

Pero una vez más, soy rechazada, dejándome con las palabras en la boca mientras él se marcha.

Sola en el aula, me siento frustrada. Es la primera vez que invito a alguien y me rechazan. ¿Qué habré hecho mal?

No importa, mañana seguiré insistiendo.

Salí del salón y me encontré en el patio del colegio cuando, de repente, mi primo Huan apareció con sus amigos, listos para intimidarme.

Huan, mi primo demonio, me hizo tropezar, mientras sus amigos comenzaron a grabar la escena.

—¡Ay! ¡Déjenme en paz! ¡Pequeño demonio, si no me dejas en paz, le avisaré al abuelo! —grité mientras mis rodillas sangraban.

Pero Huan y sus amigos aún seguían intimidándome. Intenté pedir ayuda, pero parecía que nadie iba a intervenir.

Justo en ese momento, cuando creí que no podía empeorar, apareció Jian Wu, acompañado de sus amigos.

Se acercaron para defenderme, y milagrosamente, los matones se dispersaron.

Me dejaron de molestar, y Jian Wu, con gentileza, se arrodilló para aplicarme un poco de pomada en mis rodillas lastimadas.

Quería llorar por el alivio y por el gesto de bondad, pero me contuve, tratando de mostrar fortaleza ante él.

Aprovechando la oportunidad, decidí volver a invitarlo al cibercafé.

—Esta vez, no podrás rechazarme —dije, levantándome con dificultad debido al dolor en mis rodillas.

Jian Wu me miró con una mirada fría antes de levantarme en sus brazos y llevarme hasta la salida.

Al llegar, me encontré con el chofer y mi primo Huan esperándonos dentro del auto.

Subí al auto y Huan se burló de mí por el estado de mis rodillas.

—¿La niña quedó sin piernas? ¿Ya estás coja? —continuó burlándose Huan.

Mis manos se cerraron en puños y sentí el impulso de golpear a ese pequeño demonio.

¡Ya verás! ¡Te acusaré con el abuelo Lin!

Llegamos a la mansión Lin, mis padres me ven cojeando.

—Mi pequeña cereza, ¿qué te sucedió? —pregunta mi mamá, ayudándome a llegar a mi habitación.

—Mamá, ¿dónde está papá? —pregunto, sin ver a mi padre por ninguna parte.

—Papá está con el abuelo en la oficina, están haciendo un proyecto para la empresa —responde mamá—. Pero, ¿hija, quién te intimidó?

—Fue el pequeño demonio —susurro, con lágrimas por el dolor de mis rodillas.

Mamá irrumpe en la oficina con una furia apenas contenida, y relata con vehemencia lo sucedido a mi padre y al abuelo.

—¡Lin Huan! —su voz retumba en la habitación, cargada de indignación—. ¿Tienes idea de lo que has hecho?

Puedo distinguir claramente el tono serio de mamá mientras detalla la situación con precisión.

El abuelo Lin, con su presencia imponente, toma la palabra.

—Huan, esto es completamente inaceptable. Tu comportamiento no solo deshonra a nuestra familia, sino también a nuestra empresa. Si persistes en este camino, perderás tus acciones —sentencia el abuelo con firmeza.

Detrás de la puerta, contengo una risa maliciosa al escuchar la merecida reprimenda que recibe el pequeño demonio.

—¡Ja! Así te va por meterte conmigo, Huan —susurro para mí misma, disfrutando del dulce sabor de la justicia.

Sin embargo, en ese momento la puerta se abre y me encuentro con las miradas sorprendidas de todos. Actúo de inmediato y simulo un dolor agudo en mis rodillas.

—Abuelo, me duelen mucho las rodillas —exclamo, con los ojos llenos de lágrimas.

Al ver mi estado, el abuelo redobla su reprimenda hacia el pequeño demonio de mi primo Huan, quien me lanza una mirada llena de odio.

Entre sollozos, aprovecho la oportunidad para revelarle al abuelo que los amigos de Huan también me intimidaron y grabaron un video.

La habitación se carga de tensión mientras aviso lo sucedido con el video.

Mis padres y el abuelo Lin se enojan aún más al enterarse de este asunto.

El abuelo Lin, con su voz firme y autoritaria, toma el control de la situación y llama a la tía Bao Lin para hablar con ella.

—Hija Bao Lin, necesito que vengas de inmediato a la oficina —dice el abuelo con seriedad a través del teléfono.

La tía Bao Lin llega apresuradamente, con una expresión preocupada en su rostro al enfrentar la regañina que se avecina.

Una vez frente al abuelo Lin y mis padres, la tía Bao Lin recibe una fuerte reprimenda por la crianza que ha dado a Huan.

—Bao Lin, es inaceptable permitir que Huan actúe de esta manera. Su comportamiento refleja la falta de disciplina en la crianza que le has dado —dice el abuelo con voz severa.

La tía Bao Lin, aunque intenta disimular su incomodidad, me arroja una mirada fea, mostrando su desagrado hacia mí.

Huan, enfrentando la furia del abuelo Lin, se ve obligado a llamar a sus amigos frente a todos para exigirles que borren el video de inmediato.

Con voz temblorosa, Huan es les advierte que, si no cumplen, el abuelo Lin los demandará sin dudarlo.

Los amigos de Huan, conscientes del poder e influencia de la familia Lin, acceden rápidamente a borrar el video.

Saben que cualquier problema con los Lin podría perjudicar a sus propias familias, por lo que no dudan en eliminar la evidencia comprometedora para evitar complicaciones mayores.

A pesar de que los amigos de Huan se comprometieron a no volver a molestarme, tengo la sensación de que Huan buscará vengarse de alguna manera en el futuro.

Su actitud desafiante y resentida hacia mí es evidente, y sé que no se rendirá fácilmente.

Mientras tanto, agradezco el apoyo de mi familia y el abuelo Lin por intervenir en esta situación.

Espero que esta lección haya dejado claro a Huan y a su madre de no volver a molestarme.

¡nadie tiene el derecho de causarme daño, y mucho menos a mi querida Peluza de Algodón!

Me rehúso ser el segundo tropo del protagonista masculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora