Dos años y 37 días | Chiara y Violeta

Uno. Volver a verla otra vez

Dos años y treinta y siete días. Y hoy ocurría lo que más miedo le daba a Chiara, volver a verla otra vez. Su corazón seguía roto, por mucho tiempo que hubiese pasado su corazón seguía inundado de Violeta Hódar, la tenía incrustada hasta en el más pequeño poro de su cuerpo a pesar de haber intentado sacarla de ahí numerosas veces. Ya estaba cansada de intentarlo, había aceptado que Violeta era el amor de su vida y que lo había perdido.

-Mucha gente pierde al amor de su vida, mucha otra ni la llega a encontrar nunca, yo tuve suerte de encontrarte y conocerte aunque eso saliera mal- componía en alto mirando por la ventana del coche.

-¿Que dices Kiki? No me entero- La voz de Alex le llamó la atención y se giró a mirarla rápidamente.

-Nada, nada, que que ilusión la boda-

Su amigo Alex no se creía ni una palabra que saliera de su boca, llevaba la última semana atacada, a penas comía y las ojeras dibujadas sobre su piel pálida le decían a Alex que tampoco estaba durmiendo.

Lo entendía, después del increíble amor que habían vivido sus dos amigas tenía que doler mucho haberlo roto y tenía que doler aún más volver a verse después de tanto tiempo cuando su amor había sido tan grande. No iba a mentir tampoco, estaba deseando que esas dos pencas volvieran a reencontrarse, quería volver a ver esas chispas saltar cuando se mirasen. Ni Chiara ni Violeta habían preguntado nunca en esos dos años la una por la otra, a ninguno de su grupo de amigos. Ninguna de las dos había estado con nadie, ni un beso, ni un baile más pegado de la cuenta. Las dos seguían enamoradas hasta las trancas.

-¿Estás preparada para volver a verla?- Preguntó Alex con algo de miedo, no solían hablar de Violeta, no hablaban nunca.

-No- dijo sincera -Pero no hay otra opción, es la boda de Salma, no me la podía perder-

-Y algún día os teníais que volver a ver-

-Exactamente-

Chiara respiró hondo, cerró los ojos escuchando la música y sin quererlo ni intentarlo su mente voló al último momento en el que se vieron.

-No me hagas esto- lloró Chiara viendo cómo Violeta se iba hacia la puerta abriéndola -Vio por favor-

-No me hagas esto más difícil Chiara- se giró mirando a la pequeña que le suplicaba con los ojos rojos de haber estado llorando. Su Kiki, su mejor amiga, el amor de su vida... No quería hacer eso, no quería romperle el corazón a la persona que más quería del mundo pero sabía que era lo mejor y Violeta Hódar siempre hacia lo que creía que era lo mejor para los demás, muchas veces sin preguntarles y eso volvía loca a Chiara.

-No te vayas Violeta, podemos hacer algo, podemos arreglarlo, puedo ayudarte-

-Espero que algún día me puedas perdonar- Vio se acercó a ella, la envolvió en sus brazos dejando un beso tímido en sus labios y salió por la puerta dejando a una Chiara rota tirada en el suelo abrazándose a si misma.

-No me voy a apartar de tu lado Kiki- le sonrió Alex sabedor de la ansiedad que le daba a su amiga volver a ver a la pelirroja.

-¿Algún día dejará de doler?-

-Claro que sí, y si tu la sigues esperando volverá, estoy segura de que volverá cuando pueda estar a tu lado sin destrozarte la vida-

-Nunca me la destrozó- Alex estaba sorprendido de que hubiese entrado en el trapo, llevaba dos años intentándolo, intentando que Chiara Oliver se liberara, que soltara lo que llevaba dentro y no lo había conseguido nunca. Hasta ese día, y aunque sabía que no era el momento ni el día más apropiado no iba a dejar pasar la oportunidad.