Cuatro. Hoy no me puedo levantar

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Tanto Chiara como Violeta estaban destrozadas después del encuentro. Chiara lloraba enterrada entre sus sabanas y Violeta lloraba con su libreta y boli en la mano mirando Madrid desde su balcón.

Alex se había enterado por Denna de que las dos se encontrarían y no tardó en recoger un bote de helado del sitio favorito de Chiara y acercarse a su piso para llevárselo.

Cuando sonó el timbre Chiara pensó en ignorarlo, podía hacer como si no estuviera allí, pero estaba casi segura de que el que estaba en el portal esperando era Alex y si no le abría usaría la llave.

Se levantó mirando el móvil en el proceso. 20:48. Llevaba cinco horas llorando sin parar. Se dio pena al verse en el espejo, y no pudo evitar pensar lo idiota que era llorando por la misma chica dos años después.

-Gracias por abrirme tan rápido- se quejó Alex entrando por la puerta, pero al ver a su amiga la broma se esfumó. -¿Tan mal ha ido?- Preguntó soltando la bolsa en la cocina y envolviendo a Chiara en un abrazo.

-Es que n...- Intentó hablar pero se veía que las cinco horas de lágrimas no habían sido suficientes -Han pasado más de dos años Alex y aquí sigo igual de rota que el primer día ¿Qué me pasa?-

-Fueron seis años muy intensos de relación Kiki, eso no se supera de un día para otro.-

-Pero es que no ha pasado un día- contestó apartándose de su amigo y tirándose en el sofá con las manos cubriendo su cara -No ha pasado ni un día, ni un mes, ni siquiera un año joder. Han pasado dos años y treinta y ocho días ¿Por qué coño no puedo superarla?-

Alex estaba preocupado con la frustración que tenía Chiara encima, las últimas semanas sabía que había estado mal por la anticipación de volver a ver a Violeta pero sin contar esas semanas Kiki vivía su vida, sin su habitual sonrisa, ni luz, pero la vivía. Salía con sus amigas, trabajaba, viajaba, cantaba, escribía.

-Kiki ¿Has pensado en llamar a Anabel?-

-Es muy tarde, su número es solo para urgencias- Chiara se balanceaba, había tantos recuerdos, pensamientos y preguntas en su cabeza que no sabía funcionar en ese momento.

-Cariño, creo que esto es una urgencia, necesitas hablar con ella-

Anabel era la psicóloga de Chiara, lo llevaba siendo desde que se mudó a Madrid en 2017. La pobre profesional había hecho todo lo de posible para ayudarla a pasar la etapa de su ruptura pero incluso ella, que había vivido su historia de amor de primera mano, pensaba que a lo mejor era un amor que se quedaría con ella para siempre.

La tenía que ayudar a seguir para adelante y lo intentaba pero Chiara no había hecho el progreso que querría.

-No necesito a Anabel, necesito borrar los últimos 8 años de mi vida-

-Pero como no tienes una máquina del tiempo necesitas llamar a Anabel, de verdad Kiki, creo que la necesitas-

Chiara hizo caso a su amigo y se levantó y se fue a su cuarto cerrando la puerta tras de ella marcando el número de su psicóloga.

A pocos kilómetros de allí Denna corría como una loca hacía el piso de Violeta.

Después de recibir el Whatsapp de Alex de que había ido mal, salió pitando con miedo de que su amiga pudiese recaer por la conversación que habían tenido pero respiró tranquila cuando al entrar por la puerta la vio en el balcón con la música a tope y su libreta en mano.

Aprovechando que Violeta no se había percatado de su presencia salió del piso y volvió a la calle. No quería que su amiga pensara que no confiaba en que se había limpiado y controlaba.

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⏰ Last updated: Feb 28 ⏰

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Dos años y 37 días | Chiara y VioletaWhere stories live. Discover now