Secret Love pero... [BAKUTOGA]

6.0

Al día siguiente no tuvieron clase, y decidieron quedar los cuatro para ir a comer. Quedaron directamente en el lugar donde comerían y al llegar ambos rubios, se acercaron a una mesa y esperaron que llegasen  los otros dos sin sentarse.

—¿Que te pareció el día de ayer? Estuviste casi todo el rato a solas con Aiko—Preguntó burlona.
—Muy gracioso... Sobre todo cuando la tiraste encima de mi—Respondió molesto.
—Vamos, admítelo de una vez cuanto antes lo hagas, antes te dejaremos en paz
—Dejadme en paz, no estoy interesado en ella y tampoco en tener una relación con alguien...
—Vamos Kota... Deja de ser tan cabezota...
—No, deja tú de ser tan cabezota, lo único que vais a conseguir es que deje de juntarme con vosotros

Emma rodó los ojos y vio llegar a la pelirosa. Sonrió y miró a su hermano.

—¿No crees que viene muy guapa?—Preguntó esta.

Kota miró a la pelirosa y luego volvió a mirar a su hermana.

—Callate

Emma se cruzó de brazos a ver qué no había tenido ni una sola reacción y se acercó a él.

—¡Vas a decirle lo guapa que está ahora mismo!—Se quejó empujándolo.

Aiko los miró y Kota frunció el ceño.

—¡Déjame tranquilo!—Se quejó.

Aiko sonrió y se acercó al rubio.

—Hola Kota, me alegro de verte de nuevo, y traigo buenas noticias—Dijo esta para luego estirar sus brazos para abrazarlo.

Este se dejó abrazar y Emma se puso frente a él mientras sonreía con malicia. Kota hizo una mueca apartando la mirada y apartó a la pelirosa suavemente.

—¿Que noticia tienes..?—Preguntó sin mirarla.
—Como ya queda poco para verano, mis padres han dejado que os invite a la piscina
—Pero aún no hace tiempo para ir a la piscina—Dijo Emma.
—Lo sé, pero tenemos también piscina interior, pero tampoco hace tanto frío—Respondió.
—Eso es cierto
—¿Que os parece la idea entonces?—Preguntó sonriendo.
—A mí me parece bien—Respondió Emma.
—¿Y tú Kota? ¿Te apuntas?

Kota lo pensó unos segundos y se encogió de hombros.

—Claro

Aiko sonrió ampliamente y miró a ambos rubios.

—Por cierto, ¿y Ejiro?—Preguntó.
—Ni idea, no debería tardar ya—Respondió Emma.
—Lo llamaré —Añadió Kota.

Ambas asintieron y mientras Aiko y Emma hablaban, Kota llamó al pelinegro. Este respondió y el rubio lo había despertado con su llamada. Después de unos 15 minutos este llegó y se disculpó por haber tardado. Tuvieron una mañana agradable, se divirtieron durante toda la mañana, Emma seguía con sus molestos comentarios a su hermano pero este intentaba ignorarla todo el rato. Mientras caminaban el teléfono de la pelirosa comenzó a sonar. Sus padres la llamaban obligándola a volver a casa y Kota decidió acompañarla hasta casa solo para alejarse un poco de su hermana.