Episodio 6

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El recuerdo.


No fui yo.

Realmente no fui yo.

La exhalación que le sigue a esa conclusión me quita al menos diez remordimientos de encima y deposita cincuenta dudas más.

—Podría publicar esto en internet y eso limpiaría mi nombre.

—No, —Mocka me dirige una mirada crítica— ellos tienen influencias y poder, es peligroso si publicamos algo les daremos una pista de que alguien entró al ministerio y eventualmente darán con nosotros, entonces no habrá servido de nada.

—¿Entonces qué propones que hagamos? ¿Quedarnos de brazos cruzados? —Me desespero.

—Sí, no hagamos nada todavía.

Un silencio pesado le sigue a esa frase, tengo ganas de llorar, me siento frustrada e impotente este ha sido un día complicado siento que cada cosa que descubro me deja más impactada, el extraño modo de trabajo del ministerio, el asesinato del ministro, la reducción de la calidad de los vídeos a propósito, esa voz extraña que me generó un ataque de pánico antes y aún falta leer el archivo que Mocka sacó del ministerio.

Trago duro detallando el sobre manila con mi nombre en él seguido de la palabra "Clasificado", es más intimidante de lo que esperaba es como si fuera un león hambriento y yo solo un ratón asustadizo de echar un vistazo dentro de su boca y quizá si lo soy.

Abro el folio que me recibe con una foto mía con el cabello marrón caramelo corto hasta los hombros, la chica de la foto no parezco yo, es como si tuviera una mirada tierna y cálida aunque entristecida por un mar de tragedias.

"Arianne Saenz."

Una lágrima frágil rueda por mi mejilla al reconocer mi nombre.

—Soy Arianne.

Mocka asiente.

—Arise para los cercanos, —se avergüenza metiendo las manos en sus bolsillos— disculpa, estoy tan acostumbrado a llamarte así que olvidé aclararte que ese no es tu nombre real, es solo un apodo.

No lo puedo creer.

Mi pecho se comprime drenando el alivio en un mar de lágrimas mientras comprendo lo que significa, soy Arianne Saenz y no soy una asesina.

No soy una mala persona.

Dejo salir la frustración de estos últimos días llorando, siento que mi alma se rompe en mil piezas desiguales, solo quiero llorar durante horas y cuando creo que no puedo más siento el abrazo protector de Mocka a mi alrededor, apretando con sus gruesos brazos enfundados en su pulcera camisa en mi cuerpo y deja un beso cariñoso en mi cabeza.

Se siente bien.

Por primera vez desde que desperté siento al menos una pizca de paz en sus brazos.

Disfruto de su tacto unos minutos más antes de separarnos, entonces mis ojos vuelven a encontrar su camino hacia mi expediente ahora decididos a leer toda la verdad que puedan hallar sobre mi pasado.

Y creí que estaba preparada pero no me imaginé nunca lo que encuentro en ella.

"Diagnóstico: Transtorno de personalidad disociativo."

Mi mente se queda en blanco.

¿No son esas las personas que tienen varias personalidades?

¿Yo soy así?

Trato de buscar algún indicio en mi cabeza pero no hay nada, hasta que recuerdo esa voz extraña que me repetía una y otra vez matar al hombre de la voz profunda, ese picor en la manos sediento de violencia y esa falta de oxígeno como si me desplazaran a la fuerza hacia la inconsciencia, todo aquel afán por manchar mis manos de sangre y la desesperación de sentir estar luchando contra mí misma.

Ciudad de MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora