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Y luego está Júpiter. Como te lo había dicho, Saturno, observaría a las personas, y así la encontré a ella. Es diferente. Quiere crecer, expandirse y aprender de todos. Conocer lo que nos diferencia. Permitir que eso se de sin ningún problema, aceptarlo para volverlo virtud.
¿Y Mercurio? Ni hablar. Es otro punto, tan opuesto como lejano. Pero hablaremos luego de aquel planeta.
Júpiter está tan lejos de Venus, pero tan cerca de Saturno que deberías sentirte afortunado.
Oh, espera, ¿está lejos de ti?
Porque aprecia las pequeñas cosas, la música, y se entusiasma por lo simple. Puede que critique un poco, pero, ¿a quién no le gusta poner su opinión? Expresarse, así se lo llamaría. ¿Qué hay de malo en expresarse, Saturno? Todos podemos hacerlo. A veces quizás no de la manera tan libre como nos gustaría.
Imagina que te enamoras, Saturno.
Si fuese libre expresarse, irías y se lo dirías. Pero la vergüenza te detiene. O el hecho de que aquella persona ya esté con otra. O el pensar de que no eres suficiente, o de que no te aceptaría. Entonces, ¿somos tan libres de ir y expresarnos cuando tenemos miedo?
