27 - Problemas..

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[Siento que sea un capítulo muy vago x3, me cansan los dedos. (Y por cierto, haré versión fea de este cap en otra historia)🗣️💪]

Margarita llegaba a casa recién, y saludó a la pareja que se encontraba acurrucada en el sofá.

–Hola tortolitos... Mierda, Miguel, ¿Que te pasó?

Preguntó apenas entró, notando la marca roja que rodeaba su muñeca, ya que esta vez no llevaba su campera puesta.

–Ah.. no es nada.– Fingió normalidad, sabiendo que no serviría.

–No, no es "nada", ¿Te quisieron robar, llevar a algun lado o algo así?– La castaña interrogó al pelinegro, acercándose y viendo su muñeca.

–Bueno, si.. pero no es nada grave, mi mamá me vió y quiso que vuelva con ella y tal pero como no quise, eh, bueno, supongo que se entiende.. pero ahora está bien y no pasa nada.

–No, no, no, ¿Que se cree esa mujer? Me cae horrible, debería denunciarla como adulta que soy, podría quedarme contigo y que a ella la encierren por negligente y zorra.– Hablaba con agresividad, haciéndose un té.

Hubo una pequeña conversación acerca del tema, y se intentaba evadir por el pelinegro que no quería demostrar su dolor o debilidad. Luis se encontraba al otro extremo del sofá, sin poder decir nada. Aveces hablaba para darle la razón a alguien, pero después de eso se mantenía en silencio.

El día terminó velozmente, y comenzaba otro día de estar en el colegio. Los chicos se alistaron, y salieron de su casa para dirigirse al colegio como siempre hacían.

...

Las clases continuaban con normalidad, los chicos disfrutaban su tiempo juntos en el receso, sin interrupciones. Su tiempo en el colegio fue insignificante, como si no hubiesen pasado casi nada de tiempo realmente.

La inseguridad le daba escalofríos a ambos, sintiendo como si tuvieran que estar alerta de que Lucía vuelva a aparecer a la salida, o cerca de la calle. Se encontraban nerviosos, y aceleraban el paso de a poco que iban llegando otra vez a su casa.

Ya encontrándose en el lugar seguro para ambos podían dejar de sentir esa inseguridad, sintiéndose libres de poder estar juntos sin interrupciones otra vez, al menos hasta que Margarita alla llegado a casa

La tarde continuaba como siempre, pero después de que hayan pasado un par de minutos de que la madre del castaño esté ahí, el timbre de la puerta sonó.

– ¿Usted quien es?

–Ya sé que usted tiene a mi hijo, Miguel, me gustaría llevarlo otra vez conmigo a mi casa.– Su voz hizo que ambos chicos tengan escalofríos.

–Perdone, pero el chico se va a quedar acá, ya la conozco lo suficiente para saber que es una tipa negligente, una horrible madre.

– ¿Como me va a hablar así? Usted no me conoce nada, la puedo denunciar por secuestro..

–Y yo por negligente, vieja de mierda.

Una discusión agresiva se armó en medio de la calle, mientras que el pelinegro ya comenzaba a sollozar y a temblar. El castaño lo abrazaba y consolaba, acariciando su cabello y tapándole los oídos.

La discusión únicamente se terminó porque Margarita había llamado a la policia por el intento de Lucia en entrar a la casa en contra de su voluntad. Se la llevaron, y los policías la interrogaron mientras intentaban mantener calmada a la madre de Miguel.

– ¿Por qué se tuvo que armar ese escándalo? Es una mujer tan estúpida, cree que todo debe ser para ella y por ella, nunca me agradó su compañía. Desearía que alguna vez se calle un rato.– Murmuraba el pelinegro, entre sollozos.

El castaño no hablaba, solamente observaba a su chico, que se encontraba demasiado vulnerable, demasiado frágil. Quería protegerlo, estar con él hasta que deje de verse así, para que pueda volver a reírse de todos esos momentos que disfrutaban.

Estaban ambos en la cama, acurrucados, sin saber siquiera qué hora era, pero con sentimientos demasiado fuertes sintiéndose en este momento. Ambos estaban demasiado concentrados en el otro que no podían percatarse de ningún inconveniente que los rodeara. Si aparecieran frente a ellos las imágenes más horribles, no se sentirían perturbados.

...

Margarita entró cansada, derrotada y con ganas de matar a alguien, no pudo cocinar nada y por aquello pidió unas hamburguesas por delivery. Se encontraba furiosa, y lo demostraba cada que hablaba del tema. Para ambos chicos ella era como una hermana mayor, una mejor amiga que los cuidaba.

El grupo de esos tres era el más sincero y amable que podía pedirse, por más que esté conformado por una adulta y dos niños. Eran entre ellos una familia de verdad, mejores amigos y personas realmente unidas entre sí.

Los problemas los enfrentaban todos juntos, se apoyaban mutuamente y buscaban las soluciones necesarias siempre que se pudiera. Su amor era genuino, y era resistente.

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¿Estarás cerca de mí? [Papulince x Panafresco]Where stories live. Discover now