en donde taehyung está decidido a no abandonar su casa tan fácilmente, pero cuando su muñeca cuelga de la cama y algo parecido a una lengua larga e inteligente la envuelve, las cosas toman un giro más extraño de lo que jamás imaginó.
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Por la mañana, se sintió estúpido por haber entrado en pánico. ¿Por qué? ¿Por el eco de la radio de alguien en la calle, por una palabra imaginaria? ¿Un mal sueño?
─Vamos ─murmuró para sí mismo─, eres un hombre adulto. Contrólate.
Cuando el sol estaba alto y las cosas en la oscuridad parecían inofensivas, subió las escaleras, decidido.
Las sábanas estaban medio caídas de la cama donde las había pateado. Taehyung cruzó la habitación en tres zancadas, las agarró y las levantó de un tirón. No salió nada.
Cuando se arrodilló y miró, no había nada en el suelo de madera, salvo un poco de polvo.
Esa noche durmió en su propia cama. Las pesadillas no iban a impedirle dormir. Cuando los susurros volvieron a aparecer, los ignoró. No era real. Se iría.
Eso fue lo que se dijo a sí mismo.
─Psst. ─le siseó la cosa desde debajo de la cama. ─Taehyung. ─Taehyung se mordió el interior de la mejilla para no gemir.
Mientras estaba tumbado, con las sábanas subidas hasta la barbilla, las uñas se clavaron en las palmas de las manos. Cerró los ojos con fuerza. No habría importado que estuvieran abiertos, ya que la habitación estaba un poco oscura y el interruptor de la luz estaba muy, muy lejos de su alcance. No se atrevió a ir por él. Esto no era una pesadilla. Esto era real.
─Tú. Ahí arriba. ─llegó el susurro, rasposo, insidioso y teñido de una leve y horrible diversión. Bajó su registro a un gruñido de barítono. ─Sé que puedes oírme.
Taehyung respiraba demasiado rápido. Un miedo adrenalínico paralizante lo inundaba de pies a cabeza. No sabía si podría obligarse a moverse.
─Vamos ─cantó─, baja. No tengas miedo.
Oh, Dios. Esto no estaba sucediendo. Esto no estaba sucediendo. Ni siquiera había vivido aquí un mes. Cuando compró la casa, antes de comprarla, ¿los agentes inmobiliarios sabían que había algo malo en ella? Se había preguntado por qué el precio era tan bajo pero no había preguntado, Dios, ¿por qué no había preguntado? Tenían que saberlo. Tal vez no sobre esto, específicamente, ¿quién creería algo sobre esto? Pero sí algo.
Debería haberlo sabido, para el caso, ¿no? Debería haberlo sabido cuando la puerta del armario se abrió sola durante la jornada de puertas abiertas, o cuando creyó oír pasos en las escaleras y no encontró nada.
La retrospectiva era de veinte años.
─Esto no es real. ─murmuró Taehyung, estrangulado. ─Esto es estrés. No creo en los fantasmas. Estoy alucinando.
La cosa bajo la cama se rió, como Taehyung esperaba que lo hiciera un tigre.
