Capítulo XIII ❤️

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Eran las 6 de la tarde cuando las personas en el castillo empezaron a notar la ausencia de la más joven de las princesas

—Tedros has visto a Amber por algún lado, desde que salió corriendo no he sabido nada de ella – dijo una muy preocupada reina

—Su majestad- dijo el joven guardia mientras hacia una reverencia – no sé nada de ella, pero si usted gusta puedo buscarla con una caballeria de guardias

—Por favor te lo agradeceré y cualquier cosa me avisas – expreso la reina

El joven hizo una reverencia y continuo su camino por el amplio pasillo, pero esta vez con una tarea, encontrar a su mejor amiga.

Mientras que todos andaban preocupados por la joven princesa el príncipe Eros se dedicaba a coquetear con las criadas del palacio

—Con que no te gustaban las mujeres de aquí – dijo Apolo apoyándose en la pared.

—No, no lo hacían, pero digamos que son exóticas, algo raro que se ve poco – dijo Eros mientras sonreía de lado

Amber caminaba por el bosque sin rumbo alguno solamente observando como las mariposas y las abejas eran libres de escoger la flor o el lugar en el que querían estar y ella simplemente no podía, a partir de ese momento en que el príncipe la escogió su vida cambio, su mundo se vino abajo y era por eso que lloraba desconsoladamente sin saber que hacer hasta que apareció su más fiel y único amigo

—Tedros que haces aquí – dijo secándose las lágrimas de los ojos

—Pues la reina esta angustiada porque nadie en el castillo sabe nada de ti y ya es tarde – dijo Tedros mientras se acercaba a la joven

—La verdad no se para que me buscan si total me han cambiado como ganado
Princesa no diga eso – expreso apenado Tedros

—Olvídalo y vamos antes de que te metas en problemas por culpa mía.

Ambos se subieron al caballo de Tedros y en menos de 20 minutos llegaron al palacio.

Tras llegar la primera en correr hacia la joven fue la reina la cual con gran fervor la estrecho entre sus manos

—Donde andabas hija mía – decía la reina mientras la estrechaba entre sus brazos

—Perdón madre solo sali a tomar un poco de aire y a acostumbrarme a mi nueva situación – dijo la princesa para después continuar su camino.

Mientras ella se dirigía a sus aposentos se encontró a quien sería su futuro, marido despidiendo de su alcoba a una de sus doncellas, una chica con piel de ébano y trenzas de raíz

—Hasta que apareces- dijo Eros mientras se apoyaba en el marco de la puerta

—Cualquiera que lo escucha dice que estaba usted preocupado – dijo la joven sarcásticamente

—La verdad es que ni tiempo tuve de pensar – dijo Eros mientras sonreía de lado – O bueno si, todas ustedes son así en la cama – continuo la frase cuando una sonora bofetada retumbo en todo el pasillo

—Y todos los hombres de tu reino son tan barbaros y asquerosos como tu – dijo la princesa antes de continuar su camino y dejarlo con la palabra en la boca

—Querido hermanito he de decir que si hiciste una buena elección me encanta esa mujer – dijo Apolo mientras salía detrás de una puerta

—Jaja no cantes victoria que a esa fiera la domo yo- culmino Eros mientras se adentraba en su alcoba azotando la puerta con fuerza



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