Si te gusta MADK y El Verano En Que Murió Hikaru, esto probablemente te guste.
Aclaro que esto fue pedido por une amigue por su cumpleaños y yo lo escribí gustoso.
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Sigma, con siete años, tenía hambre.
No quería manzanas, ni panqueques, ni pan.
Quería a su compañero de clase.
Su estómago rugía y su boca salivaba.
Su compañero de clases era un chico realmente dulce, amable, siempre le daba los buenos días y jugaba con él, jamás dejándolo de lado.
"Debe saber realmente bien", pensaba Sigma cada vez que se le acercaba.
— Quiero comérmelo.
Y su madre lo miró con horror. El pequeño Sigma no comprendía.
— Oh no, cielo, no puedes hacer eso.
— ¿Por qué? Él me gusta mucho, quiero probarlo.
— Pero lo lastimarías.
— Pero vivirá en mí —sus mejillas se sonrojaron, fascinado por sus propias palabras—, permanecerá toda la eternidad conmigo y- - -
Su madre lo tomó de los hombros, mirándolo con terror.
— ¡Escúchame, Sigma! —su madre carraspeó y habló nuevamente, con suavidad—. Prométeme, cariño, qué jamás se lo dirás a nadie, qué jamás intentarás morder o comer a nadie, no importa cuánto lo ames.
— Pero, mamá- - -
— ¡Prométemelo, Sigma!
Sigma vio el terror en los ojos de su madre, como sudada y miraba a todos lados para verificar que nadie los viera o escuchara. El niño sólo quería ser un buen niño.
— Sí, madre, lo prometo.
Para asegurarse, su madre lo cambió de escuela y su padre estuvo de acuerdo en ponerlo en una escuela mejor.
Sigma no volvió a sentir hambre, más tarde se enteraría por qué.
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